WASHINGTON. "Extrañamente, al estar en plena adicción y tener todo ese caos alrededor, en algún lugar dentro de mí sabía que quería ir a la cárcel. Fue un modo de encontrar algo de paz y no tener otra opción que sentarme y esperar", afirmó Lohan en el programa "Oprah's Next Chapter".
La entrevista se produjo cuatro días después de que la actriz saliese de un periodo de rehabilitación de 90 días en un centro de California (EE.UU.).
Lohan aseguró que era adicta fundamentalmente al alcohol y afirmó "que solo tomó cocaína 10 o 15 veces".
"La cocaína era más una cuestión de fiesta. La gente la tenía y la tomaba. Iba de la mano con la bebida", indicó la protagonista de "Mean Girls".
Lohan, de 27 años, lamentó que fuese utilizada por los medios y la opinión pública, en palabras de Winfrey, como "un adjetivo y verbo para el mal comportamiento y una estrella infantil por el mal camino".
Reconoció, no obstante, que ella misma es "su peor enemigo" y afirmó su compromiso tras salir del centro de rehabilitación por "dejar atrás el pasado".
En marzo de este año, Lindsay Lohan evitó entrar en prisión tras acordar con las autoridades someterse a un nuevo tratamiento de rehabilitación en una clínica durante tres meses.
Lohan llegó a esa situación por mentir a la policía en un accidente de tráfico en el que se vio envuelta en junio de 2012, mientras se encontraba en libertad condicional por un delito de hurto que cometió en 2011.
Tras la salida de su programa de desintoxicación, Lohan ha estrenado a comienzos de agosto su nueva película, "The Canyons", en la que aparece junto al actor porno James Deen.