málaga. Dos películas con jóvenes protagonistas, 15 años y un día, de Gracia Querejeta, y Stockholm, de Rodrigo Sorogoyen, se presentaron ayer en la sección oficial a concurso del 16º Festival de Cine Español de Málaga, que ya ha mostrado nueve de los doce títulos en competición.

Querejeta ganó en Málaga en 2004 la Biznaga de Oro al mejor largometraje con otra historia de un adolescente, Héctor, y ahora regresa para mostrar a los miembros de una familia en busca de segundas oportunidades, para lo que se ha rodeado de un reparto en el que están Maribel Verdú, el joven Aron Piper, Tito Valverde, Belén López y Susi Sánchez. Un adolescente conflictivo (Piper) es expulsado del colegio y su madre (Verdú) decide enviarlo a vivir durante una temporada con su abuelo, un militar retirado (Valverde) en un pueblo costero. "Todos terminan por aprender algo, partiendo del hecho doloroso de que un adolescente esté al borde de la muerte", afirmó Querejeta, que considera que esta es una de sus películas "más sencillas". "Todos los espectadores encontrarán algo con lo que identificarse, hijos adolescentes, parejas que se rompen después de 60 años, el renunciar a una profesión por no estar de acuerdo éticamente o alguien frustrado por no conseguir sus objetivos profesionales", señaló.

micromecenazgo También se presentó en la sección oficial Stockholm, que supone el regreso a la dirección de Rodrigo Sorogoyen, ahora en solitario, tras debutar junto a Peris Romano en 2007 con 8 citas. Sorogoyen ha optado por la fórmula del micromecenazgo para financiar esta película que muestra cómo se relacionan los jóvenes a través del mano a mano actoral que mantienen Javier Pereira y Aura Garrido. Stockholm es una película "muy pequeña", con 13 días de rodaje y un presupuesto de 60.000 euros, pero "hecha con mucho amor", dijo el director. Todo el equipo técnico y artístico capitalizó su sueldo, por lo que nadie cobró y todos se convirtieron en productores, a lo que se sumaron las aportaciones de familiares y amigos y las recibidas a través de una página web de crowdfunding, fórmula ésta con la que recibieron unos 13.000 euros. "Quería hacer una película para ver cómo se pueden relacionar dos personas. Concibo las relaciones muchas veces como una lucha de poder, en la que siempre hay una violencia intrínseca, y lo bonito es cuando se puede capear y llevar bien", apuntó Sorogoyen.