El Atlántico les separa. A un lado está la vida en los valles de Ayala y Gordejuela. Al otro, se encuentra el camino que varios inmigrantes vascos procedentes de estas zonas inician en Nueva España. Es mediados del siglo XVIII y sus historias se contienen en Manuela, la primera novela de la escritora y periodista alavesa Inma Roiz, un título editado por Ttarttalo que justo estos días está encontrándose con sus primeros lectores.
Domingo Narciso de Allende, José Ignacio Aldama y Bernardo Abasolo son quienes deciden marchar a un mundo de "color, vida, alegría" donde constituyen una comunidad cerrada, copando los puestos de poder y controlando la economía. Aquí se queda Manuela, en un contexto "frío, lluvioso, con unos bosques muy frondosos" donde la cotidianidad rural también se ve influenciada por la relación con Bilbao, las minas, el contrabando...
Pero los lazos de sangre se mantienen y la relación más allá del océano permanece. La conexión para relatar esta "historia muy costumbrista" se la ofrece a la autora de Oquendo los hermanos Domingo Narciso y Manuela. "Sus cartas, sus pensamientos, me permiten relacionar un mundo con el otro".
"Ella es el hilo conductor de la novela aquí pero también me ayuda a llevar el libro allí, a pesar de que no esté de manera física al otro lado del Atlántico", explica Roiz a la hora de hablar de esta Manuela que da nombre a su propuesta literaria, una mujer que vive su propia historia de amor, pasión y odio, y "que mantiene, aunque no lo comparta y lo quiera romper gracias a la fuerza que tiene, esa estructura, esa costumbre, esa tierra, ese arraigo rural".
El libro es el resultado de tres años largos de trabajo. Bueno, en realidad, al principio ni siquiera iba a ser una novela, sino una investigación que entre sus pliegues mostró a Roiz la posibilidad de generar una ficción que ahora se encuentra esperando a ser descubierta. Viajes a México, análisis de archivos y libros, encuentros... todo ello fue configurando una primera experiencia en el mundo de la ficción (que no en el de la palabra escrita), una vivencia "sorprendente porque he ido descubriendo cosas a cada paso que he ido dando; de hecho, todavía me sigo sorprendiendo. Por momentos me ha parecido que los personajes estaban dentro de mí y crecían conmigo. Ha sido todo un descubrimiento", recuerda la autora alavesa, que ya tiene entre las manos otra historia, aunque con diferente temática. "El proceso creativo engancha mucho, así que no hay escapatoria".
Más allá de poder conectar con el lector, Roiz destaca que su intención con este debut literario pasa por propiciar "que nos conozcamos un poco mejor, que sepamos cuál es nuestro pasado, de dónde procedemos, acercarnos a nuestra historia, las costumbres, los hábitos, la forma de vivir... y además comprender una parte de nuestra historia que es real, la que tiene que ver con la migración al otro lado del océano y cómo fue la vida allí, y la importancia que tuvieron algunos de los hijos de aquellos primeros vascos en el México actual ya que fueron los primeros insurgentes".
De hecho, los espacios marcan y los valles de Ayala y Gordejuela tienen una relevancia destacada en el carácter de los habitantes que componen Manuela. "Eran comunidades muy cerradas, que vivían mucho en su entorno. Es una forma de vivir muy localista y muy relacionada con el espacio que les rodeaba puesto que vivían de lo que producían", comenta.
De todas formas, lo que sucede entre las páginas de su primera novela es algo que ya forma parte de aquellos que quieran descubrir qué hay detrás de Manuela. El libro, por así decirlo, ha llegado a un punto en el que ya no le pertenece. Aún así, Roiz lo acompañará en la presentación que tendrá lugar el próximo 8 de mayo en la capital alavesa. En concreto, será en la librería Elkar a partir de las 19.00 horas.