En los días de labor, compaginan sus estudios con su formación musical en los conservatorios y las escuelas de Euskadi. Cuando el resto se toma unos días de respiro, ellos y ellas no tienen vacaciones. Toman sus instrumentos y acuden a la llamada de la EIO Orkestra. Desde el lunes, estos 81 jóvenes intérpretes de entre 14 y 18 años se encuentran concentrados en Barria, lugar del que salen para acudir al aula magna del Jesús Guridi, donde ensayan durante unas ocho horas cada jornada bajo la batuta de Iker Sánchez. Tienen trabajo por delante puesto que en este mes les esperan unos cuantos conciertos.
De hecho, la concentración que están llevando a cabo terminará mañana con un ensayo general abierto al público que se quiera acercar al conservatorio gasteiztarra a las 11.30 horas. Después, las actuaciones en sí arrancarán el 13 en el Conservatorio Juan Crisóstomo de Arriaga de Bilbao para volver al día siguiente al Jesús Guridi (12.00 horas), el 20 al Teatro Amaia de Irún, el 27 al Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona, y el 28 al auditorio de Zaragoza.
"Puede, porque es normal, que tengan algunos fallos técnicos, pero te ofrecen una frescura en el sonido que es brutal", describe Iñaki Iraola, coordinador de este proyecto dependiente de la consejería de Educación, Política lingüística y Cultura del Gobierno Vasco y que engloba además a la EIO Gaztea, formación en la que se dan cita músicos de menos de 14 años y que también tendrá su encuentro con el público en junio.
"El primer día siempre es un poco caótico, pero cuando comienzan los ensayos notas a cada minuto un crecimiento exponencial", apunta Iraola, quien describe que la experiencia de los ocho años que lleva funcionando la orquesta han enseñado tanto para la convivencia musical como humana que lo mejor "son pocas órdenes, pero claras", más allá de que siempre haya que estar preparado para los imprevistos.
La Sinfonía nº 8 de Dvorak, la Romanza para viola y orquesta de Bruch (con la viola María Rallo como solista) y la Quattro versioni originali della Ritirata Notturna di Madrid di L. Boccherini de Luciano Berio son las obras que los músicos ofrecerán al público. Ensayos y actuaciones que se toman con exigencia y responsabilidad ante la calidad que se debe ofrecer a los espectadores, "aunque el momento más difícil para estos jóvenes suele ser cuando se presentan a las pruebas de acceso".
Con una disciplina de trabajo que traen desde sus centros de formación, estos jóvenes conviven y comparten, teniendo la posibilidad de ir sumando experiencias que les ayuden a seguir creciendo dentro de una trayectoria que puede llegar a ser profesional, y de hecho, "uno de nuestros principales objetivos es poder darles ese empujón, sobre todo a los que estén indecisos", comenta Iraola.
Y todo ello aunque los recortes llevaron el año pasado a solicitar a los progenitores un esfuerzo económico que se mantiene en este 2013. Son 50 euros de cuota por entrar, más los gastos que pueden ocasionar, por ejemplo, los desplazamientos. No es una situación fácil, pero el compromiso de las familias se mantiene. Por ahora, el institucional también. Ocho años de trabajo continuado con estos y otros jóvenes no deberían ser otra víctima más de esta crisis.