los concursos en televisión son un poderoso recurso para captar audiencias y animar las parrillas de programación y, por ello, no hay cadena que se precie que no programe un producto de tal naturaleza. Las variedades del concurso televisivo van desde Operación Triunfo y su caudal de futuros cantantes e intérpretes hasta la última aportación de Antena 3, Increíbles, que tiene pinta de constituirse en el gran programa referente del actual panorama de concursos, superando a Pasapalabra de T5 y los propios de la cadena librera Atrapa un millón de Carlos Sobera y Ahora caigo de Arturo Vals. Mientras que la cadena de Vasile se empeña en buscar equilibristas, hombres-bala, contorsionistas y especímenes para el circo o el cabaret, los de Lara han explorado la faceta humana del poderío de la mente, el cálculo y la memoria y están encontrando un filón rico en materiales nobles con personajes capaces de memorizar un millar de huellas dactilares, un navarro que tiene una calculadora en la cabeza y hace de las raíces cuadradas un jueguecito para pasar el rato o una joven muchachita capaz de repentizar frases y escribirlas en sentido inverso. Y todo ello animado por un Carlos Sobera, metido hasta las cachas en el papel de presentador de un programa de larga duración, lidiando con los tres miembros del jurado cuyo papel hay que definir más porque andan en el plató como Pedro por su casa, Chenoa, Santiago Segura y Mario Vaquerizo, que se han convertido en asiduos de distintos programas y que Sobera tiene que domar en sus reacciones anárquicas y fuera de guión. En un aparatoso plató de poderosa producción y con ritmos cambiantes a lo largo de las tres horas, Increíbles está recogiendo y descubriendo personajes singulares del solar hispano que han desarrollado capacidades mentales objeto de argumento televisivo de éxito.