Su huella está plasmada en los 40 artistas que tomaron parte en la quinta edición del congreso. Y en los más de 200 creadores de diferentes puntos de Euskadi y Navarra que han acudido a las cuatro entregas anteriores. Pero también en los catálogos que a lo largo de estos años se han ido editando de cada una de las citas de Inmesiones en la capital alavesa, publicaciones que ahora se completan con una última entrega especial editada por varios motivos. El primero, su aspecto a modo de periódico. El segundo, el diario en imágenes creado por el dibujante Enrique Flores, invitado al encuentro del pasado otoño. El tercero, el resumen que se hace del camino andado desde 2008, una senda cuya continuidad está en el aire a la espera de financiación.
Un espacio abierto para sumergirse en lo que están haciendo los artistas emergentes vascos y navarros. Con esa idea nació el congreso hace cinco años y éste ha sido el objetivo inmutable en todo momento, más allá de que en algunas ocasiones haya habido cierto acercamiento a algunas cuestiones temática. Bajo el lema de Pakean utzi artea, la parte final de 2012 acogió una última entrega que, a pesar de contar con algo de dinero público, se desarrolló con un presupuesto más que ajustado y al margen de los circuitos marcados por las instituciones. Espacios como Zuloa o Berakah fueron los escenarios de las diferentes acciones planteadas, actividades que ahora se resumen en este catálogo-periódico.
En total se han editado 2.000 ejemplares en los que fotografía, texto y dibujo se entremezclan a lo largo de 32 páginas que van a ser distribuidas, en un primer momento, tanto en la capital alavesa como en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, aunque para abril se llegará a otros puntos de Hegoalde.
En esta quinta cita, desarrollada entre los pasados noviembre y diciembre, tres fueron las acciones fundamentales de Inmersiones. Por un lado, la exposición de dossier llevada a cabo en Zuloa donde diferentes creadores mostraron sus proyectos actuales. Por otro, en el mismo espacio de la calle Correría, los encuentros de Hospitalarios, jornadas únicas en las que el público y los autores podían compartir charla y actividad. Y por último, el propio congreso, celebrado en la sede del proyecto de lucha contra la pobreza Berakah.
En el marco de esta última cita, Inmersiones además invitó al dibujante Enrique Flores ha plasmar mediante sus dibujos el encuentro, una serie de creaciones que, mapa singular de Gasteiz incluido, se plasman también en el catálogo. "Este ofrecimiento ha sido todo un premio para mí", explicó ayer el creador en la presentación del periódico, acto que se celebró en un Zuloa que acoge hasta finales de este mes su exposición Si no puedo dibujar, no es mi revolución en la que se pueden ver sus creaciones en torno al 15M.
De todas formas, con este resumen en papel no ya de esta edición sino también de las anteriores ("al ser el catálogo del quinto congreso nos parecía un buen momento para mirar el camino recorrido", explicaron los miembros del grupo motor de la propuesta), Inmersiones no quiere decir adiós. Es cierto que su continuidad no está asegurada pero sus impulsores esperan poder conseguir el dinero suficiente para volver a encontrarse con los creadores emergentes a finales de este 2013. No va a ser sencillo, eso lo tienen claro, pero en su ánimo está no perder "algo que se ha convertido en una referencia".
Un punto de encuentro, además, único y no sólo en Álava. Una aventura para conocer de primera mano el qué y a quiénes sin necesidad de que haya una exposición, una performance o una acción de por medio, facilitando, asimismo, algo nada habitual en el mundo de la creación artística: la posibilidad de tener un contacto directo y participativo con los autores. Sumergirse por completo.