EL binomio televisión y cultura apenas ha funcionado en los años de existencia del medio más poderoso del planeta de la comunicación. No están claras las razones de tal disociación pero los programas de temas culturas apenas asoman en las parrillas de programación y si lo hacen, es en las cadenas de titularidad pública, que entienden como una obligación subsidiaria atender las manifestaciones musicales, plásticas o literarias. Página 2 del periodista catalán Oscar López se emite en la noche dominical con libros y autores como elemento narrativo fundamental y funciona en La 2. Libros y televisión debieran empatizar más en esta época de crisis y más en un país que es potencia editorial internacional con una poderosa editorial dueña y señora del emporio Antena 3 - La Sexta. El citado profesional ha manifestado que los libros y la televisión privada no se llevan y de ahí el erial del mundo de la cultura en las ofertas televisivas. Al final no se sabe si no hay programas porque no interesan a las audiencias o las audiencias no funcionan porque no se programan buenos espacios de temática cultural y tal campo quedase reservado a las televisiones que se financian con impuestos y por ello tuvieran una específica responsabilidad en la divulgación cultural. El responsable de Página 2 insiste en la imposibilidad de que un programa tal interese a las privadas más atentas a programas del corazón, telerrealidad y comedias de situación que vienen y van como olas en la playa. Un día sonará la tecla, se construirá un programa que combine cultura y entretenimiento y la tele servirá para algo más que para embrutecer sentidos y adormilar mentes. Fomentar la cultura, mostrar la sensibilidad plástica contemporánea y amar los sonidos de la musicalidad de hoy en día son quehaceres propios de la tele que es imagen, sonido y algo más.