Madrid. La relación entre Rihanna y Chris Brown es como poco complicada, pero parece que nunca acaba de terminar. La cantante de 24 años pasó el día de Navidad con Chris viendo un partido de baloncesto en Los Ángeles. La pareja no dejó de abrazarse y tontear durante el partido de los Knicks. Muy arreglada para la ocasión, vestía unos pitillos ajustados y un top que dejaba el ombligo al aire. Como complementos de fiesta, unas altísimas sandalias, un collar dorado y un pintalabios en color rojo pasión. Rihanna estuvo bebiendo cerveza y animando a los jugadores en una actitud muy relajada. Entre el público había más celebrities como Snoop Lion y el miembro del grupo Red Hot Chili Peppers Anthony Kiedis. Poco después la artista de Barbados publicó una foto en su cuenta de Twitter de los dos apoyados en el capó de su coche posando como los enfants terribles que son.

Rihanna abandonó la casa que había alquilado en Barbados para las vacaciones de Navidad y voló directamente a California. Su visita a su país no fue tan tranquila como esperaba: tuvo que llamar a la Policía porque un hombre se estaba colando en su casa. Aparentemente, este turista alemán confundió la propiedad privada en que se alojaba la cantante con un lugar público y no fue arrestado. La volátil pareja se reconcilió a principios de año y tras muchos meses de idas y venidas, parece que ahora están juntos y felices. Sin embargo, este mismo año, en agosto, Rihanna dijo en el programa de Oprah Winfrey que "fue embarazoso, fue humillante, perdí a mi mejor amigo", en referencia al suceso de hace tres años cuando el cantante le propinó una brutal paliza provocando la ruptura. Entonces él dijo que no era relevante hablar de una agresión que sucedió tres años atrás. "Chris no entiende por qué Rihanna ha decidido empezar a hablar ahora sobre la paliza. Él no cree que sea productivo o relevante hacer un refrito de los acontecimientos que ocurrieron hace tanto tiempo, ya que no revela nada nuevo", comentó una fuente a Radar Online.