Vitoria. Mientras Artium, rompiendo su política de transparencia de los últimos años, sigue sin dar explicaciones sobre lo acontecido en la reunión del patronato celebrada el pasado día 12 (donde, además de aprobar el presupuesto y las medidas para el 2013 como el Expediente de Regulación de Empleo también se dio a conocer la programación expositiva del próximo año), el museo ha conseguido una victoria, más moral que práctica, en las Juntas Generales de Álava ante la situación en la que se encuentra. PNV, PSE, Bildu y EB evidenciaron el pasado viernes lo solo que está el gobierno de Javier de Andrés en ésta y otras cuestiones relacionadas con la política cultural al aprobar una iniciativa en la que, entre otras cuestiones, se insta al PP retirar las actuaciones previstas y garantizar al centro recursos suficientes.

Toda la oposición en Juntas Generales quiere que la Diputación presente un informe en el que se explicite el impacto, cultural y económico, de sus decisiones sobre Artium, que se evite la aplicación del ERE, que se reúna de nuevo el patronato para buscar soluciones reales y mayor implicación de otras instituciones presentes en la fundación, que se vuelva a posibilitar tanto a este museo como al resto de la red foral la compra de fondos, y que la responsable del área de Cultura, Iciar Lamarain, y el director del centro, Daniel Castillejo, realicen una comparecencia conjunta en la Cámara alavesa.

Además, PNV, PSE, Bildu y EB han hecho que las Juntas reconozcan de manera explícita la labor cultural "de impulso, divulgación e investigación" del centro, un trabajo que con los números del año que viene va a ser más que complicado mantener.

Eso sí, este respaldo de toda la oposición unida tiene unos efectos prácticos, en realidad, bastante limitados. A buen seguro, la Diputación cumplirá con todos los requerimientos de información que le solicitan los grupos junteros, pero nada más. Ni siquiera la prórroga presupuestaria que va a tener que aplicar el ejecutivo de De Andrés va a suponer un cambio de planes reales a la hora de recortar.

Así que a no ser que el PP realice un cambio radical en sus planes, esta iniciativa aprobada por la inmensa mayoría de las Juntas Generales a raíz de dos mociones presentadas por Bildu y el PSE tiene más de peso simbólico que de efecto real. Aún así, tal y como está la situación general de la cultura en el territorio, cada paso en un sentido que no sea el del tijeretazo ya parece casi un milagro.

Cabe recordar, además, que partidos como Bildu y el PNV, tanto en el ámbito alavés como vitoriano, han presentando en los últimos días iniciativas que ayuden a configurar una política cultural que no signifique sólo destrucción.