madrid. La Constitución Española fue un parto complicado tras el que se ninguneó a las 27 madres que sufrieron las contracciones, según la tesis del documental Las constituyentes, en el que Oliva Acosta da voz 34 años después a esas mujeres que alumbraron la ley de leyes.

"Fue un parto nada fácil, después de muchos años parece que fue todo un camino de rosas", dice a Efe Nona Inés Vilariño, diputada constituyente por La Coruña y exdiputada de UCD, quien considera que a esta "hija" hay que seguir educándola aunque mañana se celebren sus 34 años. "Creo que ha sido demasiado dócil. Nos hemos empecinado en una actitud de defensa a ultranza de su carácter que en algunos sectores se ha pretendido casi sacralizar", explica. "Las constituyentes y los constituyentes éramos conscientes de que el texto nacía con algunos aspectos de ambigüedad, a veces buscada, para que pudiese haber una interpretación en un momento determinado acorde con la evolución de la sociedad", asegura.

En 1978, la democracia española daba sus primeros pasos y sus padres miraban ilusionados a esa criatura que prometía garantías a un país que salía maltrecho de la dictadura.

"En los aspectos educativos, en la amnistía, me siento que realmente di a luz a la Constitución. Pero me considero una madre protectora, porque como ley de leyes, como algo que nos ampara, sigue siendo necesaria", reflexiona María Izquierdo, diputada constituyente por Granada y eurodiputada por el PSOE.

"Ya en el Artículo 1 se habla de España como un Estado social, que proclama el derecho a la vivienda, al empleo. ¡Qué temas de hoy en día, cuando nos enfrentamos al desahucio o las necesidades de vivienda! O habla del derecho a la Justicia con la atrocidad de la ley de Tasas de Gallardón, que aniquila este derecho", recuerda Izquierdo. Belén Landáburu, Soledad Becerril o Ana María Ruiz Tagle reivindican su papel y el de la mujer en general en la vida política de España, teniendo como audiencia y como réplica en este documental rodado en el Senado a Carmen Calvo, Carmen Alborch o Bibiana Aído. "Son mujeres con muchísimo que decir y que escuchar. En este momento tan difícil en cuanto a la percepción de la política, escuchar a mujeres políticas y sin embargo creíbles, desgraciadamente es una excepción", resume Acosta.

Y los testimonios de Izquierdo y Vilariño sirven para, por un lado, entender la decepción política de España, pero por otro, para encontrar el camino hacia la recuperación de la ilusión. "Tenemos que hacer un espacio común como se hizo entonces en los consensos constitucionales. A partir de lo que compartíamos y aparcando lo que nos diferenciaba a los partidos políticos. Hay que aceptar el pluralismo de las fuerzas políticas de España", asegura Izquierdo.

Mientras, Vilariño recuerda que, más allá de la legítima crítica a los políticos, hay que hacer un ejercicio de autoanálisis. "Hay que corresponsabilizarse, porque se ha trabajado poco en el campo de la educación en eliminar esas cenizas del franquismo, que dictaban que el Estado es una cosa y el ciudadano otra", argumenta. "Como si defraudar fiscalmente, esas pequeñas corruptelas incrustadas en el seno de las empresas y las instituciones públicas no fuesen tan importantes como las de los políticos. Tenemos que llevar la lealtad a todos los puestos de trabajo y las escuelas, eso es lo que yo envidio de Europa", afirma.