Madrid. Javier Tomeo, a sus 80 años, sigue escribiendo, a mano o a ordenador, las historias que llegan a su cabeza y que transforma en forma de novelas o de relatos cortos. Ahora, la editorial Páginas de Espuma publica Cuentos completos, una antología de 1.000 páginas que condensa lo más representativo de su obra.

"La soledad, la insolidaridad y la falta de comunicación entre la gente" son los temas que Tomeo refleja en su literatura y que toman forma en tramas anacrónicas y absurdas, donde destaca "la fascinación por lo monstruoso, la animalización de los humanos y la humanización de los vegetales y los animales", según destaca en el prólogo de este volumen Daniel Gascón. De hecho, algunas de las frases favoritas de Tomeo son las que la que dicen que Dios puso a los animales en el mundo para humanizar a los hombres o que las bestias son de Dios y la bestialidad es humana.

Esa falta de contacto entre las personas que tanto atrae al escritor es para él "un contrasentido en un mundo en el que vivimos hacinados con una densidad muy alta de habitantes", según afirmó ayer. "Es sorprendente la soledad que ha de afrontar el hombre del siglo XXI", afirma.

Según Tomeo, vivimos en un régimen que el autor llama "colisión de derechos". "Es una situación jurídica que se produce cuando son varias personas las que quieren sobrevivir y prosperar. Este es un mundo de náufragos en el que solo hay un salvavidas y la gente se mata por cogerlo, ataca a los demás y se convierte en una fiera peligrosa".

Por ello, cree que "hoy es más difícil que nunca amar al prójimo", porque "vemos en él a un rival", siempre en conflicto con los demás en situaciones que "no ayudan a sentirse solidario". "En los pueblos, cuando tras trabajar se encontraban por el camino, se saludaban con más afecto", añade.

La libertad formal y la imaginación ilimitada de Tomeo atraen a una gran diversidad de lectores y, según admite el propio autor, tiene "bastantes lectores jóvenes". "Hay quienes se sentirán muy cómodos leyendo las Historias mínimas, que en un principio llamé Microteatro psicopático. Otros se sentirán más a gusto con otros de corte más tradicional, como El apartamento, El malentendido o Los conspiradores", apunta.

Su temática está siempre salpicada por "la monstruosidad y la imperfección". "El monstruo es el que necesita ser corregido en todo caso, el que sirve de ejemplo, el que se muestra como rareza. No es por morbo. Son gente normal a la que deformo y exagero como ejemplo de moralidad", explica el autor.

kafka Aunque el estilo de Javier Tomeo ha sido comparado con el de Kafka, el escritor aragonés matiza que se parece, "pero antes de leerlo". "Es un autor que tengo prohibido, porque leo lo que a mí me gustaría hacer", confiesa Tomeo, para quien la mayor coincidencia entre ambos es "el absurdo de una situación".

La precisión es una de las claves de su literatura, según indica. "Me siento muy a gusto en el cuento de 8 o 10 páginas". En este sentido, explica que es "una víctima de los editores de antaño", a quienes les gustaba que las novelas tuvieran un mínimo de 200 folios mecanografiados a doble espacio. "Para mí era un handicap, me costaba llegar. Tenían que justificar el precio de la solapa. La metamorfosis de Kafka o El viejo y el mar de Hemingway no habrían sido admitidos", señala. Tomeo asegura que hoy por hoy no entiende a la gente que escribe libros de mil páginas. "Ya están El Quijote o Crimen y castigo, obras maravillosas, pero hoy hay que adaptarse a los nuevos tiempos y saber la competencia que hay con el cine, por cierto con obras malísimas, o la televisión", recalca el autor, que cree que posiblemente las nuevas tecnologías acaben modificando algo la forma de escritura.