DICE Juan Arrosagaray, profesor de audiovisuales, que será "un cine de verano-otoño". Si la amiga meteorología acompaña la puerta principal de Artes y Oficios será esta tarde (20.00) pantalla en la que proyectar, con las fuerzas del curso pasado, los deseos del que entra, una inédita fiesta de bienvenida que se mueve entre lo creativo y lo documental. (No) pasen y vean.

Es una entrada "no como todos los años, porque no es habitual que comencemos con una fiesta", recuerda Arrosagaray. Se trata de "celebrar que empezamos" al más puro estilo de la filosofía de Alicia y el no cumpleaños. Piezas de alumnos de vídeo, proyectos audiovisuales, arte digital y fotografía se darán cita en el encuadre, reuniendo desde obras artísticas hasta testimonios de proyectos del ejercicio anterior como Tendalero, desde repasos a talleres como los de madera o textil -de aniversario- hasta el lip dub gestado en el centro.

Un centro que, en palabras de su director, José Ignacio Martínez de Arbulo, "se ha convertido en una especie de refugio" en el que el ciudadano puede explorar su creatividad y olvidarse "de lo demás". Pone como ejemplo el de una nueva alumna, que se matriculó este año con nada menos que 85 años, y "con valor y dispuesta a empezar de cero" su viaje creativo. "Y tenemos gente más mayor".

Gente mayor y gente de más. La que se queda una vez más en la lista de espera del centro, ya que "no podemos abarcar la demanda", asegura Martínez de Arbulo. Ochocientos alumnos se despliegan por la variedad que oferta el espacio, y los profesores no pueden adoptar más horarios. Sufren muchas disciplinas, entre ellas "cuatro talleres de creatividad infantil".

Fiesta de reinicio. Nervios. Ganas en las caras de nuevos alumnos "que están como esponjas"... Esas mismas que absorbían energías en el mar de un verano que llega a su fin, proyectando el curso (del tiempo) en la puerta de Artes y Oficios.