Vitoria. Es delicado y luminoso el talento de Tigran Hamasyan, que llenó el Principal en la segunda cita del Jazz del Siglo XXI. Delicado, luminoso y también desbordante, alternando en un mismo tema instantes de poesía y folklore con tramos cercanos al rock y al metal, intensos, contundentes y violentos cual pálpito. Una mezcla perfecta que tuvo una sorpresiva guinda cuando sus excelentes compañeros de viaje, Sam Minaie (contrabajo) y Nate Wood (batería) le dedicaron el Happy birthday. Única pega, la propina, un Carnaval desubicado. Foto: paulino oribe
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