Vitoria. "La situación económica no permitía volverlas a realizar", afirmó ayer Encina Serrano, a pregunta de la concejala socialista Maite Berrocal. Esta vez la pluriempleada frase del equipo de Gobierno se refería a las jornadas de acercamiento a otras culturas, otro clásico del calendario local que deja un vacío, en este caso en el mes de agosto, tras un largo recorrido de charlas, proyecciones, espectáculos y degustaciones que han traído el mundo a Gasteiz, mientras muchos ciudadanos salían precisamente a buscarlo en vacaciones. Para los que se quedaban.
"Llevaba ya diez años", recordó la consejera de Cultura, reconociendo a la par que, una década después de iniciadas las jornadas milenarias y su modelo, quizás Vitoria, ya "con otro tipo de perfil", necesita un cambio. "Con menos dinero vamos a hacer un programa veraniego que vamos a anunciar en breve a la prensa", explicó también Serrano, reconociendo, ya de entrada, que volverá a saltarse la deferencia de mostrar dicho programa previamente a los grupos municipales -caso paraguas verde de Celedón- saltando directamente al micrófono de los medios de comunicación.
Una de cal y una de arena. De arena y tinta, porque por ahora sólo es palabra, y tiene que ver con la palabra. A pregunta de Bildu, a través de su edil Iratxe López de Aberasturi, el concejal de Servicios a la Ciudadanía, Alfredo Iturricha, negó que no se vaya a continuar la adquisición de volúmenes para la red de centro cívicos, tema denunciado por muchos usuarios durante los últimos meses. "Tenemos previsto adquirir libros a lo largo de este curso", confirmó Iturricha, sin poner fecha a dicha compra, aunque asegurando que "quizá el Ayuntamiento no puede acudir a comprar libros como antes; la cantidad que tenemos prevista se va a ver mermada considerablemente, pero no le puedo decir concretamente".
El detalle que sí pudo ofrecer con precisión es el de que, cualquiera que sea esa cantidad, "el Gobierno Vasco aportará la misma; es decir, que si invertimos 10.000 euros compraremos libros por un valor de 20.000 euros", a lo que añadió que el ente municipal también apoya la lectura manteniendo las aportaciones a las diversas ferias del libro.
Como viene siendo habitual, la convergencia de Serrano y Berrocal acabó mal. La socialista denunció que sólo se hayan reservado 6.000 euros para subvenciones a la cultura, que además pueden ir a un solo proyecto en lugar de repartirse. "Es lo que hay, tenemos lo que tenemos", respondió la popular, disparando otra reflexión de Berrocal. "Cuando uno no tiene recursos se ven sus prioridades; tiene todo el dinero del mundo para cuñas de radio, para esto sólo 6.000".
Reivindicando el poder de los detalles, Ane Aristi, concejala de Bildu, pidió que los programas culturales en papel no lleguen a los ediles por quintuplicado. "Son pequeñas medidas que nos ahorran la difusión", aseguró Serrano, confiada en que los ediles se encargaran de distribuirlas. "Estos detalles hacen que seamos un poco menos green", apuntó Aristi. Punto para ella.