madrid. El escritor francés Raymond Roussel (París, 1877- Palermo, 1933) es un gran desconocido, pero fue uno de los maestros más singulares de los surrealistas que desarrolló nuevos paradigmas los cuales influyeron en el arte del siglo XX. A esta influencia dedica el Museo Reina Sofía la exposición Locus Solus. Compuesta por aproximadamente trescientas piezas entre pinturas, fotografías, esculturas, instalaciones y vídeos además de numerosos libros y documentos originales, la exposición muestra la relación compleja entre texto e imagen, entre la palabra y el arte.

Raymond Roussel, autor de una importante obra poética, novelística y teatral, defendía que la obra artística-literaria no necesita contener nada real, solo una combinación de objetos imaginarios. Alejado de los movimientos literarios de la época, en su texto póstumo, Cómo escribí alguno de mis libros, explicaba que su proceso de trabajo partía de la creación de dos frases fonéticamente casi idénticas pero con sentidos y significados muy diferentes, para luego tratar de escribir un relato que pudiese empezar con una de ellas y acabar con la otra. A partir de variaciones de este procedimiento realizó sus dos obras más emblemáticas, Impresiones de África y Locus Solus, texto que inspiró a Jacques Carelman para realizar la pieza El diamante, escultura con la que se inicia el recorrido de la exposición. Este recorrido permite comprobar la influencia de Roussel en los surrealistas y en las vanguardias históricas pero también en otros creadores hasta la actualidad, desde Duchamp, Picabia, Max Ernst o Salvador Dalí.

Roussel "es una figura mítica, un autor de referencia aunque se le conoce poco", en opinión de Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía y comisario de la muestra junto a João Fernandes y François Piron. Criado en una familia de la alta burguesía francesa "tenía gustos clásicos, pero su obra influyó en los vanguardistas y futuristas del siglo XX y dejó una huella que llega hasta nuestros días".

Para Fernandes, director del Museo Serralves, "el siglo XX no sería el mismo sin los libros de Roussel, que fue paradigma y motor de las artes del siglo pasado". A partir del escritor francés "se puede contar una historia secreta del arte del siglo XX. La lectura de Roussel es como una enfermedad que se pega. Hay como una corporación de todos los que han leído sus textos, premonitorios de muchas de las cosas que ocurrieron después tanto en el arte como en la sociedad".

Finalmente, para Piron el punto de partida de la exposición "es mostrar un cambio en el mundo a través de Roussel, figura que las vanguardias consideraron que formaba parte de su panteón estético".