bilbao. Juan Ignacio Vidarte confiesa que él fue el primer sorprendido cuando leyó el artículo que publicó el domingo el diario finlandés Helsingin Sanomatel en el que se aseguraba que la Fundación Solomon R. Guggenheim había dado luz verde al nuevo Museo Guggenheim en Helsinki. "Todavía no hay posicionamiento ni a favor ni en contra. La entrevista se hizo al subdirector de la Fundación, Ari Wiseman, que trabaja en el estudio de viabilidad que se está realizando, quien aseguró que los estudios iban bien. Pero eso no significa que la Fundación Guggenheim va a apoyar el proyecto. Eso es muy prematuro", explica el director general del Guggenheim Bilbao y responsable de proyectos de expansión internacional de la Fundación Solomon R. Guggenheim.
¿Cuándo tomará la decisión la Fundación Solomon R. Guggenheim?
Los estudios se están realizando y todavía no están acabados. En principio, el objetivo es que se finalicen en otoño, por lo que podría presentarse al Patronato de Nueva York en diciembre.
¿Y cuáles serán los siguientes pasos?
El proyecto debe contar con el apoyo de los organismos públicos de Helsinki que tendrán que efectuar el desembolso económico necesario para su desarrollo. Si la Fundación Guggenheim le da el visto bueno, posteriormente se presentaría a Bilbao.
Es decir, que Bilbao tendrá la última palabra...
Bilbao tiene la última palabra, eso queda claro en el derecho del veto -recogido en los estatutos del museo bilbaino- de cara a cualquier nuevo museo Guggenheim en Europa. Bilbao decidirá si permite que el proyecto avance o si considera que debe paralizarse.
¿Y cómo debería ser ese museo para que la Fundación Guggenheim lo mire con buenos ojos?
Por parte de la Fundación Guggenheim se ha dejado bien claro desde el principio que tendría que ser absolutamente diferencial a los ya existentes y no una repetición. Y, por otra parte, tendría que encajar y aprovechar el valor añadido que pueda existir en la propia ciudad de Helsinki. No tiene que ocupar el espacio de los que existen en la actualidad. Se está analizando el posible museo con esos parámetros.
El periódico finlandés ha publicado que el nuevo museo será más experimental que el de Nueva York, con obras interdisciplinares, performance, además de trabajos en dos y tres dimensiones.
Todavía se están estudiando el contenido del museo. Debería ser, evidentemente, de creatividad contemporánea, tendría que estar abierto al proceso y a la experimentación, aportar la riqueza de la cultura contemporánea escandinava en cuanto a diseño, servir como elemento de apoyo a la educación plástica... Pero, en estos momentos, la configuración concreta de lo que podría ser el museo no está definida.
Es decir que no sea competencia para Bilbao...
Bueno, no sólo que no sea competencia para Bilbao, sino que para el conjunto del Guggenheim suponga una aportación a lo ya existente.
Habrá quienes opinen que un Guggenheim de Helsinki podría restar protagonismo al de Bilbao...
Nosotros no vamos a aprobar nunca un proyecto que sea perjudicial para la capital vizcaina. La Fundación analizará y evaluará las conclusiones del estudio de viabilidad. Si considera que el museo puede aportar efectos positivos a Bilbao, se aprobará. De todos modos, insisto, la última decisión es del comité ejecutivo de la Fundación Guggenheim Bilbao. Y van a ser sus miembros los que evalúen con los datos sobre la mesa si es buena idea o no.
Lo que es evidente es que Helsinki busca el 'efecto Bilbao'...
Veinte años después y con unas circunstancias diferentes, pero está claro que está buscando repetir lo que el museo Guggenheim supuso para Bilbao en términos de estructura cultural, de turismo...
Ha habido críticas de que la marca Guggenheim ya no es lo que era. Y, sin embargo, ciudades como Helsinki o Bruselas quieren tener un museo igual.
Es un modelo que sigue vigente, que sigue siendo elemento de referencia para ciudades muy importantes en el ámbito europeo, que no son de tercera división. Es una buena noticia que se fijen en el modelo del Guggenheim Bilbao, atestigua el valor que este museo sigue teniendo.
El que avanza a buen paso es el proyecto del Guggenheim de Abu Dhabi.
Finalizado lo que es el diseño del edificio, se ha configurado ya el solar en el cual se va a construir junto con otros museos como la nueva sede del Louvre en el Distrito Cultural de la Isla Saadiyat. Es un proyecto muy ambicioso y de mucho recorrido. El Guggenheim Bilbao, que ha sido una referencia muy para clara para Abu Dhabi, está muy involucrado en su desarrollo.
El antiguo proyecto de ampliación que iba a llevar a cabo Gehry en Nueva York ha quedado aparcado. ¿Existe algún otro proyecto sobre la mesa?
Las circunstancias que rodearon, tras los atentados del 11-S y los cambios de prioridades, hicieron que el proyecto se abandonara. Ahora la Fundación Solomon R. Guggenheim ha hecho una apuesta muy fuerte por Abu Dhabi.
El Guggenheim Bilbao está consiguiendo unos datos de afluencia de público este verano espectaculares. El museo cerró julio con 117.285 visitantes.
Así es, ha sido una cifra solo superada en 2006 con la exposición Russia! y en 1998 coincidiendo con el primer verano tras la apertura del museo. Ha sido un verano extraordinario, un dato positivo desde todos los puntos de vista. Este año el museo había hecho una apuesta con un nivel de riesgo mayor, con una programación que incluían exposiciones como El intervalo luminoso y una selección de los fondos abstractos de la colección Guggenheim, que, en principio,parecían un poco más difíciles. Pero la gran afluencia de visitantes, de alguna manera, nos ratifica en esa apuesta.
¿Han encontrado la forma de lidiar contra la crisis?
Teníamos muy claro desde el principio que no podíamos reducir las exposiciones porque perderíamos visitantes. Sería entrar en un círculo vicioso. Si reducimos la programación, descenderían los visitantes y esto supondría menos viabilidad, menos posibilidad de captación de recursos, menos presupuesto para la programación... Sigo pensando en que, en la medida de lo posible, no hay que restar recursos en la programación porque lo que mueve a los visitantes y lo que hace que las cifras sean lo que son es una buena programación. La crisis afecta a todos y hace que la gente sea más selectiva. Hay que ofrecer mayor calidad.
¿Y cuál es la apuesta del museo para el otoño?
Vamos a inaugurar el otoño con la exposición Brancusi-Serra, que va a ser un hito, un gran acontecimiento. Tendremos también una presentación de la colección propia del museo, que incluirá las obras de Baselitz. Va a ser un otoño artístico muy interesante.