gijón. El escritor argentino Kike Ferrari solo ha necesitado narrar seis horas en la vida de un hombre de negocios sin escrúpulos para retratar la maldad en su novela Que de lejos parecen moscas, que ayer presentó en la Semana Negra de Gijón.

Que de lejos parecen moscas es un libro que habla de lo insaciable que puede ser un hombre en su pasión por la acumulación de dinero, bienes y poder, en un contexto sociológico y político que le es favorable hasta que, por razones que se le escapan, deja de serlo y se convierte en un infierno en el que se termina quemando. El protagonista, que el autor ha llamado Machi como "una venganza personal" a un exjefe que lo trató muy mal, reproduce un arquetipo de "nuevo rico" de Argentina, un "hombre hecho a sí mismo" que supo amasar una fortuna a la sombra de la dictadura militar y "cambiar de camiseta" para seguir haciéndolo en democracia. Este personaje es un "grandísimo hijo de puta" y la virtud que ha tenido el autor ha sido la de "regodearse en la malicia", afirmó el director de la Semana Negra, Paco Ignacio Taibo.