hay al menos una veintena de espectadores que verán el concierto de hoy en el Principal con otros ojos. Que lo escucharán con unos oídos privilegiados, que han podido catar a unos pocos centímetros las maneras más inmediatas del protagonista. Fred Hersch se sube esta tarde (18.00 horas) en solitario al escenario de las céntricas tablas. Y también en solitario -con la ayuda en la traducción de la también pianista y profesora Silvia San Miguel- ha compartido con los alumnos del seminario sus particulares claves del instrumento en la Escuela de Música Luis Aramburu.
Las de Gasteiz no son las primeras clases que ofrece el pianista. Hersch ha tenido como alumnos a músicos de la talla de Brad Mehldau o Ethan Iverson, pianista de The Bad Plus. Tampoco el jazz es su único foco de interés. La música clásica, el cancionero popular norteamericano o la música popular de otro tipo -Steve Wonder, Paul Simon, Joni Mitchell...- son también parte esencial de su semilla.
Hersch compone música en la que todo está escrito y no hay espacio para la improvisación. Música para tríos de piano, violín y violonchelo. Tangos para violonchelo y piano. Música para a poemas de Walt Whitman... Ahora mismo se encuentra trabajando en una pieza muy basada en algunos de los sueños y pesadillas que recuerda de dos meses que pasó en coma (una obra para once músicos, un actor, que incluirá proyecciones…), un proyecto insólito que habla bien a las claras de que no se trata de un pianista sin más.
El crítico Alejandro Cifuentes habla maravillas de él. Lo descubrió -cosa insólita- cuando su carrera ya estaba muy avanzada. Y propone un reto al aficionado en el texto que ofrece al Festival de Jazz. "En su más reciente proyecto Hersch aborda de nuevo el desafío de sentarse solo frente a un piano. Rodeado de una afortunada audiencia ha grabado su último disco en el popular Village Vanguard de Nueva York (Fred Hersch Alone at the Vanguard). Aquí llega mi oferta: escuchen con atención el primer tema del disco, In the Wee Small Hours of the Morning. ¿No tienen el disco? No hay excusa: programas como Spotify nos permiten escuchar legalmente y sin restricción alguna temas sueltos o incluso discos enteros (...) En ella descubrirán retazos de aquella brillante introducción que las expertas manos de Ellington produjeron para el tema Low Key Lightly (de la banda sonora del filme de Otto Preminger Anatomía de un asesinato). Escuchamos en este sólo, el recurso interpretativo de uno de los más grandes pianistas, no suficientemente reconocido como tal. Hersch se apoya en la filosofía pianística del Duque: "si quieres buscar la belleza debes usar lenguajes sencillos".
El mejor jazz, como casi todo, es casi siempre esencial. Sencillo. Y puede resultar tan sencillo acercarse esta tarde al Principal. Hersch lo hizo ayer. Hoy coge el turno a otro que despunta. Buen relevo.