Vitoria. Música, televisión, publicidad y teatro han retenido a Elena de Apraiz en Madrid hasta la fecha. Ahora, la artista vuelve a Gasteiz para presentar el show basado en el café-teatro, Rita y el piano. Interpretación, jazz y musical en uno de los espectáculos más singulares de la semana jazzística vitoriana.
'Rita y el piano' es un espectáculo de café-teatro, por lo menos por aquí, poco extendido. Para quienes no lo hayan visto, ¿qué van a encontrar hoy en Iguana?
En Madrid ha sido café-teatro, pero en Vitoria me adaptaré a las circunstancias. Ha sido distinto el concierto del sábado, en la entrada de Pinto, que había niños, al que daremos hoy que es a las 22.00 horas en Iguana y me encontraré gente diferente.
¿Cómo se gestó este espectáculo?
Esto surge de una necesidad de cantar mía (risas). Hace dos años y medio aparqué los musicales -llevaba dos años y medio sumida en este formato- para explotar mi faceta como actriz. Así que el pasado año montamos un espectáculo navideño similar en el hotel Ritz de Madrid. Quedó muy bien y decidimos repetir con algo parecido, pero en un sitio al lado de mi casa en Madrid, algo más íntimo.
¿Y cuál es la esencia del espectáculo 'Rita y el piano'?
Decidí crear un show en el que cantara mis temas favoritos de toda la vida con un personaje que había interpretado en el Microteatro, que es un teatro pequeñito que hay en Madrid, que se llamaba Rita. Un personaje que no quería abandonar y me lo subí al escenario a cantar conmigo.
¿Cómo es Rita?
Rita es mi alter-ego. Es glamour, un poco de locura, es drama… Rita es lo que puede ser Elena subida a un escenario como actriz. Así que cogí a Rita de la mano y dije, vamos a subir al escenario, tú aportas tu glamour y yo mi voz.
Entiendo que, según me dice, el show tiene un alto contenido interpretativo. Me refiero a si usted actúa en gran parte del concierto o se ciñe a que Rita presente las canciones.
Un poco a medias. Hay un hilo conductor que va uniendo las canciones. Realmente Rita soy yo. Es algo muy bonito porque compartes cosas con un montón de gente con la que habitualmente no lo haces. En Madrid quedo precioso. La gente reía, se emocionaba…
El personaje de Rita se adapta a la ciudad según tengo entendido y, tal y como usted acaba de contarme, también al entorno. ¿Tiene algo pensado para Gasteiz y para la noche de hoy en concreto?
Es que son sorpresas.
Adelánteme al menos por dónde irán los tiros.
Habrá cositas de Vitoria que llevo dentro. Algunos recuerdos relacionados con ciertos años, etcétera. También saldrá a la luz la situación de crisis. Es que Rita lo cuenta todo, sube al escenario y se desfoga (risas). Lo bueno es que el público lo entiende.
El repertorio del show está plagado de estándares de jazz como 'Don´t get around much anymore' (Duke Ellington) o 'Someone to watch over me' (popularizada por Ella Fitzgerald). ¿Hasta qué punto readapta estos temas?
Soy bastante clásica y ortodoxa, aunque también hay que tener en cuenta que hay miles de versiones, lo interesante es que cada uno lo haga a su manera. Siempre he escuchado jazz, me encanta Sara Vaughan, Ella Fitzgerald…
Así que estará encantada de tocar durante el festival.
Claro, siempre iba cuando vivía aquí. He visto a Manhattan Transfer, Bobby McFerry, Pat Metheny… Yo descubrí a Metheny en Vitoria y me enamoré. Recuerdo que me emocioné muchísimo.
Por otro lado, el cine tiene una destacada presencia en 'Rita y el piano' a través de temas como 'Over the rainbow' (El mago de Oz) o 'Nowadays'. ¿Acentúa usted su vertiente interpretativa en estos temas?
A mí me parece que lo bonito de cantar una canción es interpretarla. A veces hago una pequeña introducción contando de qué habla el tema, porque no es simplemente un tema bonito sino que dice cosas también. De hecho, adapto algunos temas al castellano como My favourite things, de Sonrisas y lágrimas, Mis cosas favoritas. En realidad esta canción es un poema y lo adapto al castellano y a mí, Rita cuenta en esa canción cuáles son sus cosas favoritas, que muchas de ellas estarán alrededor. Después, además la canto en inglés.
Arengue al público gasteiztarra que no haya acudido aún a una de sus actuaciones a hacerlo esta noche en Iguana Kafe.
Me encantaría que te lo contará alguien que lo haya visto. Cuando lo hicimos en Madrid vi hasta gente llorar. Hay una copla que canto, Pena, penita, pena, que no la interpreto como una copla clásica sino que la llevo a mi terreno y la gente se emociona. Creo que es de las cosas más importantes que hay en la vida, la emoción. Y el mayor placer es para mí lograr que el público se emocione. Me encantaría venderlo como pura emoción. En Facebook puse: "Os espero a corazón abierto". Y es verdad, porque yo me abro por la mitad, me sincero, me confieso y trato de contagiar lo que soy.