Vitoria. De las más o menos cercanas tablas del Primavera Sound llegan ecos de un concierto antológico. Odas que devuelven la confianza en ese triturado modelo de power trio que muchos dicen dominar y pocos logran traducir en directo. Hoy, en pleno ecuador semanal -más bien en su trópico-, Retribution Gospel Choir desembarca con sus instrumentos y su citada intensidad sobre las tablas de la sala Jimmy Jazz. Y, si las crónicas no mienten, parece que podría ser un gran error no remontar la pereza y perdérselos.

Hay algo de cenizas en el trío. Alan Sparhawk (guitarra, voz, sampler) y Steve Garrington (bajo) provienen de una banda de tono más minimalista, Low, pero al combinar su trabajo con el del batería -también coros- Eric Pollard, la mezcla estalla en unas formas muy diferentes, las de unos Retribution Gospel Choir que van ya por su segundo álbum. El primero, homónimo. Para el segundo no se rompieron demasiado la cabeza, lo llamaron 2.

¿Por dónde camina esta banda de Duluth (Minnesota), la patria de Bob Dylan? Pues por una senda que hace confluir la germinal voluntad pop de sus melodías con unos desarrollos que desbocan los temas hacia la psicodelia. Esa es la principal esencia de una formación que con sólo tres efectivos logra gestar un sonido más que intenso, que en su último trabajo se desborda en canciones como Hide it away, Working hard o White wolf.

El referencial sello Sub Pop editó este segundo trabajo de la formación norteamericana, que se encargó de mezclar Matt Beckley, que ha trabajado con artistas tan absolutamente opuestos como Britney Spears o Paris Hilton. Y es que ahora el mainstream se mezcla con el underground muy a menudo.

De la melancolía de Low a los trallazos de Retribution, Sparhawk demuestra los muchos colores de su bagaje melódico, que le acerca habitualmente hasta los escenarios de la península. Lo que nunca cambia, sea cual sea la receta, es la pasión y la capacidad de profundizar en los temas que el músico demuestra en cada uno de sus temas.

Solos, descarriados, extasiados, incendiados, es lo que promete la cita de hoy, a las 21.00 horas, en la sala de la calle Coronación. Un tridente que tratará de hundirse entre el público que se acerque a pie de tablas para rebelarse contra la clásica fatiga de entre semana, de fin de curso a la vuelta de la esquina. Los que disfrutan de la música auténtica lo agradecerán. Parece que será una de esas inolvidables.