Vitoria. Cada vez un paso más cerca del que será su aspecto final, aunque habrá trabajos y recuperaciones que se mantendrán en el tiempo. La Catedral Santa María mira de cerca a la línea de meta de su restauración, más allá de los empeños religiosos por fijar una fecha exacta para su reapertura al culto, algo que se producirá el 29 abril de 2012. Y en ese camino, los responsables técnicos y políticos de su rehabilitación sacaron ayer pecho para presentar la reapertura del cantón de Santa María y la instalación de dos elevadores exteriores que permitirán recuperar, tras una década, un espacio hasta hoy cerrado a la ciudadanía, y hacer de un edificio gótico con varios siglos de historia un lugar accesible para todo tipo de personas, independientemente de si tienen alguna discapacidad física.
"A los primeros que tenemos que agradecer todo esto es a nuestros vecinos, que han aguantado estos diez años de obras", dijo Juan Ignacio Lasagabaster, director de la Fundación encargada de asegurar el presente y futuro de la Catedral. No se quedó ahí. A ellos también les quiso anunciar que antes de final de año se abrirá al público una parte de la plaza Santa María, hoy cerrada por un muro, aunque habrá que ver cómo se concretan esos plazos y cuántos metros cuadrados se pueden liberar en un primer momento.
Eso, de todas formas, ya llegará. El hoy pasa por una zona del exterior del templo ubicada entre las calles Chiquita y Fray Zacarías que muchos han visitado en esta década como punto de paso entre el centro de visitantes del edificio (situado en la antigua bolera) y el interior de la nave (bien con acceso directo o previa bajada a la calle Cuchillería). Ahora, el cantón deja de estar acotado por dos grandes puertas metálicas e invadido por andamios desmontados, hormigoneras y otros materiales de obra. El paso peatonal ya es libre.
Y eso ha sido posible gracias a que en estos últimos meses se ha podido afrontar la construcción de los dos ascensores exteriores (cada uno con capacidad para ocho personas) que, a diferentes alturas y ubicados en distintos lugares, van a hacer que Santa María sea un templo accesible para todo el que quiera, incluso a pesar de estar en obras, un anhelo en el que Lasagabaster y su equipo han mostrado siempre un especial empeño. Eso sí, la culminación de este proyecto llegará en 2012, cuando se sume el tercer elevador que se están habilitando en el interior de la torre y que permitirá el acceso al techo de la capital alavesa, al punto más alto de una ciudad que se extiende a los pies del edificio que reina sobre el Casco Viejo.
Todo ello ha sido posible gracias a una inversión de 480.000 euros, dinero y actuaciones nacidas de la colaboración entre la Diputación alavesa, el Ayuntamiento de Gasteiz y el Gobierno estatal, cuyos representantes (algunos de ellos en funciones) acudieron ayer para felicitarse por algo que debería ser normal: la colaboración entre instituciones más allá de qué partido está al frente de su ejecutivo.
Recorrido De todas formas, cada uno de los elevadores tiene unas características distintas. El primero se encuentra en el lado del patio más cercano a la calle Chiquita y comunicará en el futuro los sótanos ubicados tres metros bajo la cota cero del templo (la zona de las criptas) con el nivel de la Catedral.
De este modo, permitirá la visita continua de ambos espacios una vez que se termine la recuperación del suelo. Hasta que llegue ese momento, este ascensor dará acceso a las personas con movilidad reducida desde el cantón de Santa María a la pasarela del interior de la nave. De 8 metros de altura, esta torre tiene forma cilíndrica rematada en un pequeño cono y está construida con grandes sillares de arenisca de la sierra de Urbión (Burgos). Está rodeada de una escalera volada realizada también con cantería de piedra caliza de Markina (Bizkaia).
En el otro lado del patio, junto al fondo del pórtico, se sitúa la segunda torre. Comunicará el nivel del cantón con el de la Catedral y ambos con el de la futura sala desde la que se ascenderá hasta la torre por una escalera y ascensor interiores.
Por el momento, permite el acceso a la parte ya recuperada de la Catedral. Con una altura de 18,7 metros, esta torre ha sido construida también con grandes sillares de piedra arenisca dorada de la sierra de Urbión. En su interior alberga un ascensor que tiene tres paradas: en el nivel del cantón, en el de la Catedral y sobre el pórtico.