Vitoria. Suena extrañamente coyuntural -vistas las manifestaciones de los últimos días- el grito de 'todos a una' que instaló en el subconsciente colectivo quizás la obra más popular de Lope de Vega, un Fuenteovejuna que, como el movimiento se demuestra andando, baila hoy desde el legado de Antonio Gades en el Teatro Principal.

También, como sucede en el caso de la obra del dramaturgo del XVII, el Fuenteovejuna de Gades está considerado como la obra culmen del bailarín y coreógrafo, una pieza que destaca por su belleza y que supuso el último fruto de su madurez. Pero la calidad no reside únicamente en sus valores estéticos ni en su espectacularidad, sino en la sencillez con que muestra la esencia de las cosas que quiere contar.

Meses antes de fallecer, Antonio Gades creó una Fundación encargada de cuidar su patrimonio artístico, un ente que ayudase a difundir su obra, fomentando con ella un mayor conocimiento de la danza española por todo el mundo. Es dicha compañía la que hoy, a partir de las 20.30 horas, construye el pueblo cordobés en plena calle San Prudencio, exaltando desde la danza.

Fuenteovejuna es una obra de marcado contenido social y reivindicativo. Presenta la rebelión del pueblo, unido ante la tiranía y la injusticia expuestas crudamente a finales del siglo XV y principios del XVI. Escrita en el año 1610, esta precocidad remarca su gran valentía y su carácter pedagógico.

Se trata de una obra afinada, sin fisuras, donde Gades fundió el folklore más arraigado con los códigos teatrales más avanzados. De una obra que eleva a la categoría de arte danzas y cantares ocultos en las cuevas de la tradición, como boleros, jotas, serranas y canciones de labranza, que se unen a músicas de Musorgski o García Abril. Un abrazo hecho con armonía, al igual que la unión que viven en el escenario bailarines, cantaores y guitarristas, formando un todo. Un todos a una. Cristina Carnero, Ángel Gil, Alberto Ferrero y Joaquín Mulero ocupan, con dirección artística de Stella Arauzo, los principales papeles del elenco. Fuenteovejuna resiste.