El realizador Bigas Luna, candidato a la presidencia de la Academia de Cine, cree que esta institución debe explicar a los políticos "cómo utilizar el cine para representar a nuestro país" y sacarlo de la "Edad Media de la era digital" en la que "los operadores de telefonía son los grandes señores feudales".
Bigas Luna resumió hace pocos días en un desayuno con Efe su visión sobre el futuro del cine español y considera que "estamos en la Edad Media de la era digital, pero vamos hacia la Edad de Oro. Falta un poco pero está a la vuelta de la esquina".
El director de La camarera del Titanic considera que el papel de la Academia es el de "embajadora del cine español", y, pese a todo, se muestra optimista con el sector. "Es un momento muy bueno para el mundo audiovisual. Nunca ha podido tener la difusión que ha tenido ahora. Es impresionante", asegura.
El realizador de Jamón, jamón, que ya había adelantado que haría un "especial descargas" en la Academia para explicar su postura ante tan espinoso tema, destaca que "hay mucha confusión y la gente tiene que conocer muy bien los colectivos que están en Internet", desde los internautas, "que somos todos", hasta los distintos profesionales del sector.
En este entramado, según él, "los operadores de telefonía son los grandes señores feudales. Son pocos, pero una pieza clave en todo esto. Son los que en el futuro van a pasar a producir la mayoría de material audiovisual", ya que ellos mismos tendrán que nutrir a sus propios clientes y serán los más interesados en que no exista la piratería.
Será entonces cuando, para Bigas Luna, llegue la Edad de Oro, "ese día en el que te podrás descargar cualquier material audiovisual creado en el planeta, pagando, espero que poquito, y con una tarifa plana lo más barata posible".
¿Qué pasará entonces con las salas de cine?, "se van a convertir en las galerías de arte", sentencia. "Son y serán importantísimas, pero su función cambia, evoluciona. La película que no va a una sala de cine no existe, porque son las que van a verse en Internet, las que van a generar descargas, las que van a querer emitir las televisiones".
Así, más allá de las cuotas de pantalla, la recaudación por copia o las entradas vendidas, Luna cree en el cine como un arma cultural. "Es muy importante explicar a nuestra clase política cómo puede utilizar el cine, cómo el cine le puede servir para representar a nuestro país culturalmente", asegura. "De todas las artes, el cine es la más exportable, la que puede ayudar más".
"Si en un mercado inglés están vendiendo naranjas israelitas y españolas y la noche anterior los compradores han visto Jamón Jamón, los compradores seguro que van a comprar las españolas", ejemplifica este amante de la gastronomía.
Y, para ello, la labor de promoción e imagen es esencial y "nuestros actores son la clave, los que nos ayudan a contar las historias y los que nos tienen que ayudar a mejorar la imagen de nuestro cine", explica quien descubriera a rostros tan importantes del cine español como Penélope Cruz y Javier Bardem.
"Esto los franceses lo hacen muy bien y son un modelo a seguir", tienen el Centro Nacional de Cinematografía, que aglutina a todos los sectores implicados en la producción de la cinematografía, que está por encima de la política y que protege la producción.
"Organizan cada año fiestas en Acapulco, invitan a los distribuidores americanos y exhibidores y llevan a sus actores allí. Hay que hacer acciones en las que nuestros actores se sientan cómodos y nos sirvan para acercar nuestra cinematografía a la gente", añade.
En España "tenemos la calidad de nuestra materia prima: los sabores, del jamón de las verduras y lo mismo en cine, en pintura... somos un país muy creativo. Hemos de aprender a saberla exportar mejor, a saberla presentar mejor. Ahí es donde tenemos pequeñas asignaturas pendientes", asegura.
Bigas Luna reconoce que su visión es distinta a la de su rival, y sin embargo amigo, Enrique González Macho. "El candidato moderno soy yo. En cualquier caso, somos dos personas que queremos hacer lo mejor para la Academia. Si gano puedo aportar mucho a nuestro cine y a nuestra industria audiovisual", reconoce.
Y para ganar se ha rodeado de la polifacética Leonor Watling y el director de producción y miembro de la junta directiva de la Academia Yousaf Bokahri.
El productor, distribuidor y exhibidor Enrique González Macho opina que el cine está en un proceso de transición que, inevitablemente, pasará por Internet, y asume que su gestión deberá nadar en ambas aguas mientras llega el nuevo modelo de negocio.
"Estamos en un modelo obsoleto y hay un modelo que está por llegar en el que, indudablemente, Internet jugará un papel muy importante, pero no se sabe exactamente muy bien cuál va ser aún", manifiesta en una entrevista durante su visita a la Agencia Efe.
González Macho cuenta en su candidatura con Marta Etura y Judith Colell y se enfrentan a Bigas Luna, Leonor Watling y Yousaf Bokhari en unas elecciones que se celebrarán el domingo 10 de abril.
Su programa, que propone considerar "por igual" a todos los que forman parte del proceso cinematográfico, desde los electricistas a los directores de relumbrón, dice, tiene una vocación integradora desde el punto de vista político, porque "somos 1.300 personas con todo tipo de ideología y sensibilidades y todas merecen un mismo respeto".
En ese sentido, puntualiza que la Academia "tiene que ser apolítica, no puede ser de otra forma".
Este cántabro de 63 años se inició en el mundo del cine cuando todavía vivía Francisco Franco. Fue uno de los introductores en España de las Versiones Originales Subtituladas (V.O.S) y su defensa del cine español es de sobra conocida, al igual que su compromiso, a lo largo de los últimos treinta años.
Por ello, dice, ha vivido todos los cambios del cine: del Dolby al Sensurround, y ahora, la digitalización: "el cine va a ser de multipantallas, seguirán existiendo las salas de cine, la televisión y el vídeo, y luego vendrá Internet, que hoy es gratuito, pero nos guste o no -augura-, internet en todas sus facetas irá siendo cada vez más de pago. Lo gratis se ha acabado".
Y ese será, según él, el futuro: "Cuando uno quiere ver calidad en cualquier sector, sea deportes, cultura o entretenimiento, tiene que acudir al pago".
Asequible, diáfano y cordial, González Macho -que acude a la entrevista de traje y sin corbata- es un torrente de palabras que se declara "de izquierdas" y "torrentiano" (por Torrente, de Santiago Segura.
Le preocupa la "lacra" de las subvenciones del cine español: "Parece que está todo supeditado a eso y no es cierto -apunta-. Las subvenciones representan el 17% de la cifra de negocio de la producción y al mismo tiempo es rentable para el Estado; está demostrado que por cada euro hay un retorno de tres".
Añade que el cine, en cualquier país del mundo, "excepto en la India", que no sabe bien "cómo es exactamente", sobrevive porque tiene algún tipo de subvención o desgravación.
"Nos gustaría que se sustituyera la subvención y se consiguiera financación a través de desgravación fiscal de capital privado. Poder suprimirlas o hacerlas desaparecer hasta quedar en algo simbólico para determinado tipo de cine experimental", afirma, aunque sabe el sistema impositivo español "complica" el asunto.
"Es una losa que tenemos encima constantemente", se lamenta, al tiempo que deja caer que la subvención española al cine es "siete veces y media menos que en Francia, y tres veces y media menos que en Alemania".
Con más de 40 películas producidas, el presidente de Alta Films y propietario de los cines Renoir, adelanta que su trabajo en la Academia pasará por acercar el cine a la sociedad -al consumidor-, y a la prensa "que no comprende bien cuál es el cine español, cómo, por qué y de qué forma se hace".
González Macho, Premio Nacional de Cinematografía 1997, advierte también a las televisiones privadas que tienen las concesiones de sus antenas de forma gratuita, lo que no sucede en ningún país del mundo: "algo" tendrán que devolver, aunque sólo sea a través de la emisión de cine español.
De su rival, Bigas Luna, dice que es "inteligente" y que son amigos: "nuestras candidaturas -explica- son como las vías de un tren, van en paralelo hacia un determinado lugar, pero no tienen por qué cruzarse, ni tocarse. Cada uno tiene sus propuestas y los académicos son mayores de edad para elegir lo que quieran".