Barcelona. Conocer qué tienen en común Las Hermanas Hurtado y los Beatles, sentirse una estrella de la música o comer encima de la dorada bañera en la que Elton John se sumergía en los noventa son algunas de las posibilidades que ofrece desde ayer el primer museo español del Rock.
Después de meses de trabajo, el periodista y artífice del proyecto, Jordi Tardà, pudo mostrar ayer las nuevas instalaciones, en la cuarta planta del centro comercial Arenas de Barcelona. Tardá indicó que siempre quiso que el centro fuera un lugar con vocación didáctica y cultural y que los objetos que se exhibieran no formaran parte de la decoración, sino que "explicaran fragmentos de la Historia del Rock".
El visitante que decida acercarse, entre las diez de la mañana y las diez de la noche, de lunes a domingo, encontrará una exposición con alrededor de 500 piezas del fondo de la Fundación Privada Museo Barcelona Rock, propietaria de 5.000 objetos y de un millón de documentos, de los que ya se han digitalizado 500 canciones y un millar de filmaciones.
Tardà considera, precisamente, que gracias a las nuevas tecnologías el rock vive su mejor momento e incluso ha afirmado que Internet ha supuesto su liberación, porque "antes era prisionero de las discográficas". Además, ha mantenido que el rock es cultura y "la cultura no tiene caducidad y es bueno que esté en los museos".
Cuatro salas integran la zona expositiva, una dedicada a los Beatles, otra a los Rolling Stones, otra al rock estatal, mientras que la última es la denominada temporal, que cambiará sus objetos cada tres meses, y que ahora se dedica a Queen, cuando se cumplen 40 años de la constitución del grupo.
Por su parte, el director del museo, Pau Cubells, resaltó que la institución estará "abierta siempre a la actualidad", de manera que en función de los acontecimientos que ocurran se podrán montar diferentes actos o exposiciones. Asimismo, remarcó que se organizarán diferentes conciertos. Otro de los proyectos que ya están en marcha es un programa educativo para los escolares. En cuanto a las piezas que se exhiben, el público podrá detenerse ante una chaqueta de Michael Jackson para su gira de Bad, del año 1987; visualizar una letra inédita de Bruce Springsteen o saber cómo firmaba Ringo Starr un cheque.