En otras manos, Destino oculto hubiera podido resultar inquietante y hasta surrealista; carne de culto al estilo de Dark City. Levantada sobre el entramado narrativo de Equipo de ajuste (un relato de Philip K. Dick), su historia crece sobre la hipótesis de un mundo sin libre albedrío. En él, los hombres sufren una existencia preescrita por una voluntad superior ante la que se comportan como marionetas vigiladas por la mirada atenta de una legión de ángeles oscuros. Una especie de Show de Truman multitudinario que se centra en el deambular de un ambicioso y emergente cachorro político que, por casualidad, se enamora de la mujer equivocada. Esa ruptura con respecto al guion-cadena de su vida, hace que se ponga en marcha la maquinaria de (re)ajustar lo previsto. Un despliegue cercenador ante el que el protagonista, encarnado por Matt Damon, se rebelará aunque le cueste el éxito político para el que está predestinado.
Ese darse cuenta desemboca en una cuenta atrás, un correr huyendo de todo para caminar hacia la nada. Eso es algo que Matt Damon hace con tanta frecuencia como disciplina, pero ese algo no encierra nada más, por eso sobre lo que se sostiene Destino oculto, apenas es algo. Se le han encontrado muchos referentes, parientes que, en este caso, llevan a disfrazar la ciencia ficción con un barniz de cine del presente. Es ésta una decisión (in)feliz que ayuda a desconcertar en su arranque a costa de debilitar su capacidad de convencimiento.
El debutante George Nolfi, autor de la dirección y del guion, se muestra incapaz de redimensionar lo que, al carecer de personajes con densidad dramática, se diluye en mera excusa (pre)argumental. Así que estamos ante una ingeniosa idea sin posibilidad de crecer, que usa y abusa del concepto de traspasar puertas insólitas. Puertas que, al atravesarlas, llevan al sujeto a lugares sorprendentes. Un viejo recurso, eco del montaje cinematográfico, que aquí se agota en un ir y venir con la sospecha de que se consumen los minutos en vano para dar cuerpo a que lo que arranca como una angustiosa condena distópica, se transforme en un romance feliz. ¿Pero se puede ser feliz sabiendo que alguien nos está (d)escribiendo?
Dirección: George Nolfi Guión: George Nolfi; basado en el relato "Equipo de ajuste", de Philip K. Dick Intérpretes: Matt Damon, Emily Blunt, Anthony Mackie, John Slattery, Michael Kelly y Terence Stamp Nacionalidad: Estados Unidos. 2011 Duración: 100 minutos.