Cartagena. El director vasco Álex de la Iglesia afirmó ayer junto al casting y equipo técnico de su nueva película, La Chispa de la Vida, para asegurar que el Teatro Romano de Cartagena, en el que está rodada gran parte de la misma, es "un personaje más" y reconocer que su inclusión en la trama "ha supuesto la readaptación definitiva" del guion original.

Los actores principales a las órdenes de De la Iglesia son la mejicana Salma Hayek y el cómico español José Mota, alrededor de los cuales se mueven Nerea Camacho, Manuel Tallafé, Juan Luis Galiardo, Blanca Portillo y Eduardo Casanova, entre otros.

De la Iglesia indicó que el rodaje concluirá dentro de tres semanas, todas ellas de actividad en Cartagena, y el productor del largometraje, Andrés Vicente Gómez, anunció que el estreno tendrá lugar en octubre, y que la película será presentada previamente en algún festival de los de inicios de otoño.

Según explicaron De la Iglesia, Mota y Hayek, la película presenta a Roberto, un hombre en paro que lo está perdiendo todo y que regresa al lugar en el que fue más feliz, el hotel en el que pasó la luna de miel con su mujer. Pero cuando llega, el establecimiento ha sido demolido y transformado en el Museo del Teatro Romano de Cartagena. Así, el protagonista llega al monumento el día en que se inaugura y tiene la mala suerte de caer sobre un encofrado y clavarse una pieza en la cabeza, quedando inmóvil allí y viviendo a partir de ahí, una mezcla de ensoñaciones, recuerdos y realidades que conforman la película. "Es una tragedia en tres actos en 24 horas, en torno a un hombre que lo pierde todo", indicó el director.

Mota reconoció el carácter de "denuncia social" que tiene su personaje, dado que se trata de un parado y Hayek ensalzó su intervención como "una mujer que es esposa y madre, como tantas otras que son héroes ocultos, pero que son pilares de sus familias y motores de su existencia". Entre las sorpresas del largometraje está también la intervención episódica de Willy Toledo, que se interpreta a si mismo, "en el momento más cómico de la película", según De la Iglesia, quien reconoció que su cine vive de esa mezcla de tragedia con esperpento. "De ahí también la mezcla de un actor cómico como Mota, haciendo tragedia, con una actriz con la belleza y la fuerza suficiente para sustentar la historia, como es Salma", indicó el director. Otro aspecto de la historia es el reflejo que da de la actividad de los medios de comunicación, "que es excesivo, parcial y sesgado", reconoció, si bien Salma Hayek indicó con sorna que "una profesión tan acostumbrada a criticar bien puede soportar alguna crítica".

Entre las anécdotas del rodaje, De la Iglesia refirió la aparición de las gaviotas todas las noches de rodaje. "Como suele ocurrir, esto pasa invariablemente cuando has conseguido la toma perfecta, la que puede pasar a la historia del cine".