"Cuesta reírse de sus protagonistas sin sentirse clasista. Por mucho que se intente vender el show como un pseudodocumental "sobre una realidad que existe", la conexión con Mujeres Ricas es inevitable. Ahora, se supone que no tenemos que reírnos de ellas, sino con ellas, lo cual no es tan sencillo. No denigrarlas, sino quererlas, que bastante denigradas están ellas ya por la vida".