Vitoria. El reto que desde hace unas semanas afronta Malentxo Arruabarrena en la Diputación alavesa no es nada sencillo. Ha llegado a una institución que hasta ahora no conocía por dentro y lo ha hecho para, en principio, estar sólo unos cinco meses al frente del área de Euskera, Cultura y Deporte, con un presupuesto que está aprobado y que no ha sido diseñado ni por ella ni por su nuevo equipo. Así que la exedil gasteiztarra tiene dos carpetas: una, que habla de continuidad con algunos matices, para llegar al 22 de mayo; y otra, por si repite en el puesto después de las elecciones, con planes propios más completos y a medio-largo plazo.

Lo que le gustaría hacer en el futuro prefirió guardárselo ayer durante su primera comparecencia ante la comisión de Cultura de las Juntas Generales de Álava, su debut ante la oposición foral tras los cambios producidos en el gobierno de Xabier Agirre por la expulsión de EA a finales del año pasado. Así que Arruabarrena quiso hablar del hoy y de los pasos que tiene previsto dar en lo que queda de legislatura, que no es mucho. Tal vez por este contexto temporal y por las circunstancias que están rodeando toda esta situación, los grupos políticos estuvieron más tranquilos y condescendientes de lo habitual, incluso el PSE y PP, los únicos que realizaron preguntas.

De todo lo dicho por la nueva diputada tanto en su exposición inicial como en las respuestas al resto de representantes públicos, se pueden sacar dos conclusiones claras. La primera, que el departamento va a seguir las mismas líneas de actuación y ejes estratégicos puestos en marcha por su antecesora, Lorena López de Lacalle. Y se va a hacer así porque las actuaciones realizadas en los tres años y medio anteriores están avaladas por los resultados positivos obtenidos.

Sin embargo, la otra conclusión es que no todo va a seguir tal cual. Es el caso del Proyecto Amarika, al que Arruabarrena ya ha trasmitido que la Diputación tiene la intención de organizar sus propias exposiciones o traer otras externas que considere de interés para mostrarlas en las salas forales sin que estas producciones tengan que responder a las líneas ideadas por la asamblea de artistas locales.

Algo parecido va a pasar con el Consejo Asesor de las Artes Musicales. En principio, se va a mantener, pero la diputada quiere que haya cambios y, sobre todo, que se recupere el acuerdo con la Institución Príncipe de Viana para la celebración de la Semana de Música Antigua como se hacía antes y no con los nuevos aires intentados en 2010.

Además, hubo otro dos puntos de interés en el repaso que la nueva responsable hizo a su amplio departamento. Por un lado, su intención de poner en valor la red de museos forales y, ante todo, el Bellas Artes, para lo que prometió un plan de acción. Por otro, dar los primeros pasos para reformar la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, que se está quedando antigua para todos los usos que tiene. Eso sí, hoy no hay dinero así que lo único que se puede hacer ya es un estudio de necesidades para diseñar una remodelación en profundidad.