Vitoria. Ortzai y Arich juntaron fuerzas el año pasado para poner en marcha el Ciclo de Teatro Familiar de Invierno de la Ciudad Histórica, una cita con un nombre demasiado largo que desde mañana comenzará a celebrar su segunda edición. Eso sí, esta vez las representaciones no se realizarán por distintos puntos del Casco, sino que se centralizarán en la sede del laboratorio escénico, ubicada en la calle Pintorería (una casa, por cierto, que dentro de nada será reformada y mejorada, también para contar con una sala de representaciones más amplia).
Lo que sí mantendrá la compañía fundada por Iker Ortiz de Zárate es la doble oferta. Esta vez, los espectadores de cualquier edad podrán disfrutar con las particulares versiones de cuentos clásicos como Hansel y Gretel y Pinocho, pasados por el tamiz de la pantomima y actualizados al hoy gasteiztarra.
Las sesiones se producirán siempre a las 18.00 horas todos los domingos entre mañana y el 27 de febrero. Los tres primeros fines de semana estarán dedicados a la historia de los hermanos perdidos, y los tres siguientes al niño de madera. Las entradas se pueden conseguir en el propio laboratorio por seis euros para los más pequeños y nueve para los adultos.
Humor e ingenio volverán a ser los dos puntos cardinales para el trabajo de intérpretes y técnicos, quienes buscan, por un lado, recuperar varios de los valores que se encuentran en estas historias clásicas, pero también, por otro, luchar contra los estereotipos y convencionalismos que, en demasiadas ocasiones, se encuentran en estos cuentos ya tradicionales.
La buena experiencia del año pasado, y las sensaciones obtenidas a lo largo de la última época navideña, con representaciones casi todos los días a distintas horas, son el mejor punto de arranque para esta segunda edición de un ciclo en el que Ortzai vuelca todo su trabajo. Ahora, eso sí, es el momento del público, de que grandes y pequeños acudan a la llamada de unos argumentos que tal vez crean que conocen, aunque no sea así. No por lo menos en la versión del grupo alavés.