Madrid. Aunque ha sido necesario el último grito en tecnología de animación digital en 3D para crear los 21 metros de rubia melena de Rapunzel, Enredados supone la vuelta de Disney al relato de amor clásico y sin ironías "que puede estar en la misma repisa que cualquier clásico de Disney", según sus directores. Si Hitchcock recomendaba no trabajar ni con animales ni con niños, el único mandamiento para el animador digital es sencillo: nada de pelos. Pero como cualquier prohibición despierta el deseo de transgredirla, Enredados ha adaptado el relato clásico de los hermanos Grimm de la princesa a la que no cortaron la melena en sus dieciocho años de vida.
"Era un gran reto: 100.000 pelos largos rubios interactuando entre sí: Rapunzel los usa como arco, los mete debajo del agua, los usa para atar a Flynn (el protagonista masculino)", explica Byron Howard, que dirige junto a Nathan Greno esta película que lleva recaudados ya 293 millones de euros en todo el mundo y que se estrena en España el próximo 4 de febrero. Efectivamente, años de trabajo "encerrados" como la propia Rapunzel, no en una torre sino en los estudios de Los Ángeles, han sido necesarios para crear los 2.912 kilómetros de cabello en esta cinta que es una suerte de homenaje a lo que Walt Disney creó con sus propias manos.
"Al fin y al cabo es lo que nos trajo a esta empresa", explica Greno, cuya película favorita es Dumbo, de 1941. Pero no hay que confundir lo clásico con lo anticuado. "Contemporáneo parece que significa altivo o cínico y no queríamos eso en absoluto. Queríamos hacer una historia sincera, pero que fuera a la vez fresca, para un público actual", asegura. Enredados llega a España con especial cariño, no sólo porque la canción compuesta por Alan Menken (creador de temas como Bajo el mar o Bella y Bestia) será interpretada por Marta Sánchez y David Bustamante, sino porque uno de sus animadores, Jesús Canal, es catalán y lleva quince años trabajando para Disney.