Esta semana hemos oído y leído términos como descarga, propiedad intelectual, derechos, creadores, reconversión de la industria, un puzzle de conceptos que parecen incompatibles. La bautizada como Ley Sinde, para oprobio de la ministra de Cultura, ha puesto de acuerdo a casi todos en que las "formas" no eran las adecuadas, pero ha aireado un debate en el que, a medida que se sumerge en su complejidad, parece más irresoluble. ¿Cómo se llega a que el Gobierno de un país intente aprobar una ley que bloquee y cierre páginas web para evitar descargas ilegales de contenido? Desde muchos caminos, entre ellos una cuestionable cultura social. Estrictamente, parte de que, cuando se redactaron los derechos de propiedad intelectual, la cultura se comercializaba en un soporte físico: un libro o un disco de vinilo. Con el nacimiento de Internet, la situación cambió. La legislación, no.
¿Qué hicieron los países que se adaptaron? En Francia se impulsó la llamada ley de los tres avisos. A los usuarios de ADSL se les advierte de que están descargando algo ilegal y, a la tercera, el acceso puede ser cortado. No es ninguna panacea: en el país galo está generando mucho debate. En Inglaterra se ha optado por disminuir la velocidad de acceso en vez de explorar la vía penal. En España, en principio, se había escogido un sistema mixto: no penalizar al usuario, sino a las webs que albergan material ilícito. El resto de la historia, si no han permanecido impermeables a las noticias, ya lo conocen: los internautas impulsaron una campaña agresiva contra la vulneración de "la libertad de expresión", el Congreso no aprobó la ley, probablemente por su coste en popularidad, y los autores siguen reclamando que se protejan sus creaciones. Un ovillo que intentarán desmadejar a lo largo de este reportaje un empresario de Internet, el cineasta Pablo Malo, el presidente de la Asociación Vasca de Internautas, el músico Jabier Muguruza, un abogado especializado en propiedad intelectual y el productor Koldo Zuazua.
José a. del moral (empresario)
"Si se hacen mal las cosas, es normal que te las tumben"
"En el fondo, tiene un poco de razón todo el mundo", empieza, conciliador, el abogado bilbaino José A. del Moral, que participó en la fundación a finales de los noventa, durante el primer boom de Internet, de Ya.com, uno de los primeros portales de la Red en el Estado. "Hay que regular, no se puede dejar al libre albedrío; otra cuestión es la forma: se ha camuflado en una ley que no tiene mucho que ver, se tenía que haber hecho dentro de la Ley de Propiedad Intelectual. Se ha tocado, además, por presiones de lobbys de artistas y de un Gobierno extranjero. Eso es un error grave, y así les van las cosas, si las haces mal, no es extraño que te las tumben".
Sobre el contenido, "no es que esté muy mal", opina, pero "el problema es que una comisión de Gobierno decida si se cierra o no" una página. Del Moral está de acuerdo en que hay que abordar el asunto legalmente, pero la fórmula es complicada: "El gran conflicto se plantea con páginas que acumulan enlaces a descargas de archivos musicales y películas. Esas web tocan las narices a los creadores. Si pongo en Internet una película de otro es ilegal; si pongo un enlace a un portal donde se puede descargar, no. Han intentado acusarles de delito a los que tenían paginas de enlaces y se lucraban y ha habido varios procesamientos, incluso uno en el País Vasco. No ha habido condenas porque los jueces entienden que enlazar no es un delito", aclara.
Considera que no es "justo" ni "ético" que alguien se lucre del trabajo de otros pero, apunta, en España "las leyes siempre están por detrás, porque los que regulan no son lo suficientemente buenos, hay que decirlo". Este callejón sin salida podría conducir a cobrar un canon por las conexiones a Internet. "Va a ocurrir pero no de momento, porque los políticos no se van a atrever". La impopularidad de los canones tiene padres, a su juicio. "Uno de los problemas es el monopolio absoluto en la gestión de los derechos de la propiedad intelectual, sobre todo en la música, con la famosa SGAE", a la que atribuye "falta de transparencia". Por su culpa, "los canones tienen una fama horrible, y hay algunos razonables", opina, sin olvidar matizar las cifras de la piratería: "Llevo mucho tiempo en Internet y creo que se han exagerado".
joseba etxebarria (internauta)
"Que protejan sus derechos sin menoscabar los nuestros"
En las antípodas, el presidente de la Asociación de Internautas de Euskadi, Joseba Andoni Etxebarria, habla desde la perspectiva del "consumidor". "Un sector de la economía tiene su forma de distribución que ahora no funciona y tiene que buscar otra forma de trabajo: antes lo ponían en cajitas y se lo vendían a la gente en cajitas, ahora podemos comprar cajita y compartirla con quien nos dé la gana", ejemplifica. "Hay legislación suficiente para los delincuentes contra la propiedad intelectual", asegura. "La ley permite denunciar y hasta ahora no han conseguido demostrarlo. No creo que haga falta una ley. Ese mundo ha cambiado, deben proteger sus derechos sin menoscabar los nuestros".
En cuanto al contenido concreto de esta ley, Etxebarria afirma que "no se puede penalizar los enlaces, en eso se basa Internet, todo está hiperconectado. No tiene sentido. Ese no es el camino. Deben buscar otra forma de comercializar sus productos culturales". Y utiliza su propio símil: "A los consumidores no nos dejan poner una oficina para cerrar una empresa, y mira que algunas hacen barbaridades. Nos parece exagerado el remedio", afirma.
PABLO MALO (CINEASTA)
"Es desolador que haya gente que vive del trabajo ajeno"
El director de cine Pablo Malo considera "lamentable" que los partidos no se hayan puesto de acuerdo para aprobar una ley que proteja los derechos de los creadores. "Juegan con miles de puestos de trabajo y dejan desasistidas a las industrias del cine, la música y los libros", denuncia. Consciente de que la norma que rechazó el Congreso puede ser "imperfecta", tiene claro que "debe haber, cuanto antes mejor, una ley para que la gente entienda que no puedes bajarte el trabajo de los demás gratis por Internet". "Es desolador que pueda haber gente viviendo del trabajo de los demás de manera tan impune", insiste el cineasta donostiarra, convencido de que "hay que actuar" contra las páginas que ofrecen descargas ilegales y ganan dinero a través de la publicidad. "Si la cultura tiene que ser gratis, entonces que lo sea todo lo demás: la prensa, la televisión los trámites del ayuntamiento...", ironiza. También se muestra visiblemente irritado cuando escucha a algunos internautas invocar la libertad de expresión para defender la descarga de contenidos protegidos en la red. "Es como si te vas sin pagar del Carrefour con el carro lleno y a la salida te pillan y les dices que no te hagan nada porque están atentando contra tu libertad de expresión", aduce. Si la situación continúa como hasta ahora, "llegará un momento en que todo cierre y no habrá ni música ni películas porque a nadie le merecerá la pena crear nada". "Entonces, quizá, echemos de menos la cultura", asegura.
El cineasta confía en que la ley pueda aprobarse "con alguna modificación" cuando se debata en el Senado. "Es inconcebible que los políticos no se pongan de acuerdo, pero hay tantos miles de votos en Internet, que no se atreven a meterle mano. Prefieren cargarse industrias enteras que perder votos", critica.
jorge campanillas (abogado)
"Hay que reforzar la importancia de los autores"
El abogado Jorge Campanillas, que pertenece al despacho donostiarra Iurismatica, experto en derecho de las nuevas tecnologías y uno de los pocos bufetes especializados en propiedad intelectual en Gipuzkoa, sí cree que "hace falta una ley" pero coincide con Del Moral en que lo que hay que hacer es modificar la Ley de Propiedad Intelectual. "No está bien pensado ni el fondo ni las formas. Además de vulnerar derechos fundamentales, con la pretendida lucha que hacen a las páginas de enlaces no iban a conseguir nada: en el ámbito penal no han logrado cerrar webs; en el civil, tampoco".