bilbao. El Gobierno López ha incumplido el decreto de constitución del Consejo Vasco de Cultura, según ha podido constatar este periódico. Un decreto que, curiosamente, el propio Departamento de Cultura ha enviado a los nuevos miembros del consejo, junto a la convocatoria para su primera reunión, el próximo lunes en el Guggenheim. Y es que en el Decreto de Organización y Funcionamiento del Consejo Vasco de Cultura se establece que en el mismo tomarán parte "hasta 32 personas designadas por la titular del Departamento de Cultura en representación de los distintos sectores y organismos de la cultura vasca, a propuesta de los mismos". Sin embargo, según fuentes consultadas por este diario entre sectores culturales, éstos no han tenido oportunidad de proponer a sus propios representantes y ha sido la consejera la que los ha nombrado a dedo.

No ha sido la única norma que se ha saltado Urgell. La disposición adicional primera del decreto dice literalmente: "A los efectos previstos en el artículo 5.1 de este Decreto (sobre el nombramiento de los miembros del Consejo), en el plazo de un mes, contando a partir de la entrada en vigor del mismo, el Departamento de Cultura se dirigirá a aquellas entidades y organismos de la cultura vasca que considere más representativos, recabando la aceptación del cargo y designación de la persona que en su representación vaya a formar parte del Consejo". Un procedimiento que tampoco se ha llevado a cabo desde el Departamento socialista que dirige Blanca Urgell, ya que ni se ha dirigido a las "entidades y Organismos de la Cultura" ni ha solicitado la designación de sus representantes.

No es la primera vez que el Departamento de Cultura utiliza esta política de designación a dedo. Tal y como adelantó en su día DNA, el nombramiento del director de HABE debía de haberse adoptado en el seno del Patronato de ese instituto, tal y como establece la Ley. Pero Cultura no sólo no lo hizo entonces, sino que a día de hoy sigue sin convocarlo, pese a estar obligado a ello. Además, se da la circunstancia de que, a pesar de que en año y medio no se ha convocado este Patronato, ya se ha cambiado en dos ocasiones al director de HABE. El Gobierno López tampoco ha convocado en un año el Consejo Asesor del Euskera, ni la Comisión Interinstitucional del Euskera, ni el Consejo del Instituto Etxepare.

hechos consumados Desde que ocupó su cargo, Urgell ha mantenido una política de hechos consumados. Lo primero que hizo al llegar fue dejar aparcado en un cajón el Plan Vasco de Cultura, que se creó en el año 2000 fruto del trabajo de años y el consenso de todo el sector cultural. Estaba considerado como el documento estratégico más ambicioso de los que se había dotado el sector en los últimos 30 años. "Vamos a elaborar uno nuevo, más cercano a la ciudadanía", advertía la consejera en el Parlamento.

Ya entonces Urgell había incumplido la normativa al no reunir al anterior consejo, pese a que debe hacerlo dos veces al año. Es más, la consejera ni siquiera había notificado sus intenciones a los consejeros, que se enteraron por la prensa de que Urgell no iba a contar con ellos en la elaboración del nuevo plan de cultura impulsado por el Ejecutivo socialista. Los miembros del consejo fueron despedidos por carta el mes pasado por el Gobierno López, sin convocarles ni en una sola ocasión ni darles ningún tipo de explicación.

La última reunión del Consejo Vasco de Cultura se llevó a cabo en febrero de 2009, con el anterior Gobierno. Urgell no lo convocó en 2009 y tampoco este año va a poder cumplir las dos reuniones preceptivas a las que obliga el decreto. La consejera ha tardado más de un año y medio en conformar su nuevo consejo de cultura. "Lo lógico es que nada más llegar al gobierno hubieran nombrado un consejo, y habrían podido empezar a trabajar. Esta legislatura va a ser un desierto cultural", se quejan desde diversos sectores culturales.

inexperiencia Las mismas fuentes también muestran su queja por la falta de experiencia de los nuevos miembros del consejo. "No hay duda de que entre ellos hay gente muy profesional, pero ninguno tiene experiencia en estos temas".

El hecho de que muchos de sus miembros sean de la cuerda del PSE no ha sorprendido demasiado. "El problema y lo más grave -aseguran desde los sectores consultados- es la exclusión de los nacionalistas vascos, la poca representación euskaltzale y la escasa representación de las industrias culturales, que son, al fin y al cabo, los que más peso tienen en la cultura".

Será el lunes cuando el consejo se reúna por primera vez. En la nueva lista tan solo repite el académico de Euskaltzaindia Patxi Salaberri.