Madrid. La escritora Soledad Puértolas ingresó ayer en la RAE bajo el "cobijo" de El Quijote "un "tratado sobre la literatura" y, al mismo tiempo, "sobre la vida", además de un "estímulo continuo para los escritores". Con una candidatura respaldada por José Antonio Pascual, Luis Mateo Díez y Carmen Iglesias, Puértolas ocupará el sillón g de la Institución. La autora, que es la quinta mujer académica, reconoce que su ingreso supone "un honor inigualable e imprevisto".
Bajo el título de Aliados. Los personajes secundarios del Quijote, Puértolas leyó un discurso de ingreso con el que quiso rendir "un pequeño tributo" a los personajes en quienes don Quijote encontró "aliento, estímulo, comprensión, amistad, compañía o una clase de complicidad, fugaz o permanente, inmediata o simbólica".
"Escogí como tema central de mi discurso los personajes secundarios de El Quijote, y lo hice de forma instintiva, nada premeditada. Tengo debilidad por los secundarios, por aquellos a quienes, en los diferentes órdenes de la vida y del arte, les toca ocupar posiciones marginales", declaró la autora. En esta misma línea, señaló que escribe ficciones para convertir en "protagonistas a personajes que, antes de ser escogidos, podían pertenecer al universo de lo secundario".
secundarios femeninos Puértolas también destacó en su discurso la "diversidad de tipos femeninos" que encontramos en la genial obra de Cervantes: Marcela, la hija del ventero, Dorotea, la duquesa, Altisidora y la inalcanzable Dulcinea que, según Puértolas, no existe, y por ello "cada uno se la puede inventar a su modo". En este sentido Soledad Puértolas alegó que la relación de don Quijote con las mujeres "viene marcada por la figura de Dulcinea, la dama que todo caballero andante ha de tener, la justificación última de sus hazañas".
Para la nueva académica, El Quijote es una "novela de ideas" y una "lección constante". "En cada una de sus líneas, en cada uno de sus episodios, en los primeros planos, en los planos de fondo, en el centro de la acción, en todos los rincones de la obra encontramos la expresión idónea, genial", subrayó.
Por otra parte, la novelista indicó que la lengua ha sido desde siempre su "aliada esencial" por su "capacidad de ser moldeada, de adaptarse a los más variados y extraordinarios hechos, sueños y fantasías". "Y ha supuesto para mí uno de los grandes regalos de la vida", confesó.
Además, la autora declaró que El Quijote "nos muestra el mundo del yo, de la voluntad personal, de los sueños personales. No es un cuento. Es el cuento, la novela de Cervantes. Nos ponemos a hablar de don Quijote, de Sancho, de Dulcinea, de Marcela, de Dorotea, del Caballero del Verde Gabán, del bandolero Roque Guinart, y acabamos hablando de Cervantes y de su empeño por conseguir la inmortalidad". "Esta es la obra de Cervantes. La literatura como metáfora de la vida. La locura como metáfora de la literatura", apuntó.
Respondió a su discurso el escritor José María Merino, quien ha resaltado la "valiente declaración" de Soledad Puértolas al confesar su "debilidad" por los personajes secundarios. "Valiente declaración, en unos tiempos en que el mundo de las noticias valora sólo a los protagonistas en todos los órdenes de la vida, cuando parece que únicamente tienen derecho a despertar el interés colectivo ciertos primates", criticó Merino. Según este escritor y académico, Soledad Puértolas ha acuñado "un estilo inconfundible, singularizado por la concisión y una misteriosa naturalidad, que ha llamado la atención de la crítica".