Vitoria. Casi cada día, por desgracia, es fácil encontrarse en el periódico, la radio o la televisión con la noticia de una mujer maltratada o asesinada a manos de su pareja. La violencia de género es una realidad tan triste como habitual, un mal de la sociedad que no conoce ni de edades, ni de clases sociales, ni de... Una desgracia que Tanttaka ha convertido en teatro de la mano del autor Rafael Herrero Martínez.
El XXXV Festival Internacional de Teatro de Gasteiz recibe hoy, a partir de las 20.30 horas en el Principal, este acercamiento a una problemática compleja y sangrante, un montaje para el que todavía quedan algunas entradas a la venta. Maiken Beitia y Kike Díaz de Rada encabezan el reparto de intérpretes, dando vida a un matrimonio de nivel social medio-alto, una pareja en apariencia normal y sin problemas que, en realidad, esconde una vida de dolor y violencia hacia ella.
"Podrían ser nuestros amigos, gente de al lado, no son personajes lejanos o que viven en unas situaciones determinadas, problemáticas", describe Fernando Bernues, director de la obra.
"Se ha cuidado cada palabra pero también cada silencio", añade Beitia, quien reconoce que aunque en el montaje "hay dolor, no queda otra que agarrarse a la esperanza". Son muchas las emociones que se cuelan en un escenario casi vacío en cuanto a escenografía se refiere (aunque cabe destacar la presencia de dos sillas que representan al hombre y a la mujer, obra del artista Andrés Nagel), y eso hace que toda la atención se centre en los intérpretes. "Es un montaje, sobre todo, de actores", afirma el director.
La intención de la compañía es clara. La presencia casi diaria del maltrato en los medios de comunicación puede llevar a la sociedad a cansarse del tema, a que lo termine tomando como algo normal y, por lo tanto, deje de prestarle la atención que merece. "No podemos dejar de hablar sobre algo así, tenemos que seguir demostrando interés para que cada vez más mujeres dejen de sentirse solas y levanten la voz para denunciar lo que sufren", describe Bernues, para añadir después "que el espectáculo no sólo habla de las situaciones de género, sino también del maltrato que cualquiera que se sienta fuerte puede ejerce sobre alguien en teoría débil, sea dentro de la pareja, del trabajo, en el colegio... o en la situación que sea".
La propuesta fue estrenada hace algo más de un mes en Donostia y desde entonces ha sido ya representada en una decena de ocasiones. Por el momento, a pesar de la crudeza de la temática, "el público está respondiendo muy bien", apunta el director.