Barcelona. ¿Qué tienen en común Pedro Almodóvar, Daniel Brühl, Penélope Cruz, Javier Bardem, Dustin Hoffmann, Scarlett Johannson y Woody Allen? La respuesta es una ciudad: todos ellos han rodado alguna vez en Barcelona. Aprovechando el tirón mediático, la Ciudad Condal ofrece a los visitantes un recorrido por las calles y plazas más habituales en las pantallas de cine. "Los directores suelen tener buen ojo para lo bello e interesante, pero no siempre aparente", cuenta la guía Cristina Belenguer.

En Barcelona cohabitan todos los estilos arquitectónicos que un realizador desearía, desde el gótico y el románico hasta el post moderno, señaló Belenguer. Por eso, anualmente se ruedan en la ciudad en torno a 100 largometrajes, series y anuncios de televisión.

El punto de partida del tour es el monumento a Cristóbal Colón, que sirvió a Pedro Almodóvar como primera localización para su película Todo sobre mi madre.

La guía dirige al grupo un poco más adelante, por las estrellas callejuelas del barrio viejo, hasta la Plaça de la Mercè. "¿Se imaginan cómo debió de oler aquí cuando se esparcieron por toda la plaza dos toneladas de pescado que apestaba?", señaló en referencia a lo que hizo el cineasta alemán Tom Tykwer durante el rodaje de El Perfume. Twyker se sirvió del pescado para recrear de forma creíble el hedor de un mercado medieval, donde se produjo el nacimiento del genio olfativo -convertido en asesino de mujeres- Jean Baptiste Grenouille. Si uno mira con atención los fotogramas de la escena, todo es reconocible.

La mayoría de los visitantes que llegan a Barcelona pasan por alto la plaza de Sant Felip Neri, pero Woody Allen la utilizó en una de sus localizaciones. Fue en la comedia Vicky Cristina Barcelona.

Allen y Almodóvar también aprovecharon para filmar las fantásticas obras arquitectónicas de Antonio Gaudí, como la Casa Milà, la recién declarada Basílica de la Sagrada Familia y el Parc Guell. Y Twyker enmarcó la potente escena final de El Perfume en el pueblo-museo Poble Espanyol, sobre el monte Monjuic.