Madrid. Tenían ansias de creación y modernidad, y lo que se hacía en España les olía a caspa y a "putrefacto". Se conocieron en 1923 en la Residencia de Estudiantes y allí comenzó la relación creativa y de amistad entre García Lorca y Dalí. Una exposición revive esta relación en medio de la vanguardia europea.

Dalí, Lorca y la Residencia de Estudiantes reconstruye hasta el 6 de febrero en CaixaForum minuciosamente los avatares de la relación entre Lorca (1898-1936) y Dalí (1904-1989). Un viaje por la amistad, la camaradería y el estímulo intelectual entre estos dos genios desde que se conocieron, cuando el pintor catalán tenía 17 años y acababa de llegar a la Residencia de Estudiantes y el poeta granadino rondaba los 22. Una relación que acabó en 1929, cuando Dalí se instaló en París y Lorca se fue a Nueva York, distanciados por el concepto tan diferente que tenían sobre el surrealismo de André Bretón, por el que se inclinaba Dalí.

La muestra, organizada por la Sociedad de Conmemoraciones Culturales y la Obra Social la Caixa y en la que han colaborado la Fundación García Lorca y la Residencia de Estudiantes, recoge también abundantes obras de creadores de vanguardia europeos como Grosz, Le Corbusier, Picasso, Léger, Gris, Miró o Cezanne, y se completa con un catálogo y una película inédita de 35 minutos, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón que recrea la relación entre ambos.

Así, la exposición, que viajará después a Granada, reúne más de un centenar de cuadros, cartas, tarjetas postales y documentos en los que ellos hablan de sí mismos y comentan sus obras y las que se dedican el uno al otro. Un diálogo artístico que contiene un tipo de estética y de arte distinto del que se practicaba en España, que calificaban de "putrefacto" al principio de su relación. "Ellos discutían sobre arte, sobre la vida moderna en París, Italia o EEUU, y construían un trabajo de crítica y producción acerca de la vanguardia del arte europeo del momento", dice Juan José La Huerta, comisario de la exposición. Dividida en tres partes, la primera, Residencia de Estudiantes, muestra el primer encuentro entre ambos y su incursión en los medios de vanguardia internacionales. De esta etapa es el proyecto, luego fallido, del libro Putrefactos, donde incluían a los artistas o creadores que les parecían carcamales. "¿No crees tú que los únicos poetas, los únicos que realmente realizamos poesía nueva, somos los pintores? ¡Sí! Todo lo contrario de lo que esa palabra significa para Juan Ramón, Benjamín Palencia y otros grandes PUERCOS". Así le dice Dalí a Lorca en una carta desde Figueras en octubre del 27. Hay claridad (1925-1928) es el siguiente apartado, que habla de la expresión de Dalí y Lorca para denominar una nueva estética y expone el momento de madurez de su amistad. Y una tercera, Estética Fisiológica (expresión que utilizaba Lorca para expresar la pintura surrealista de Dalí), muestra el principio y la consumación del distanciamiento entre ambos.