"Si Roures en lugar de ser entrevistado en su propia cadena hubiera estado en otra, seguramente el entrevistador hubiera repreguntado con delicadeza: "¿Y de dónde vienen los capitales que impulsan su imperio, señor Roures?". Pero comprendamos a Buenafuente: su sarcasmo y su mordiente son de primera, pero no le podemos pedir que se suicide delante de su jefe".