santander. Las excavaciones realizadas este verano en la cueva de El Mirón, considerada uno de los yacimientos del Paleolítico Superior más prometedores de la Cornisa Cantábrica, han permitido descubrir el que puede ser el primer enterramiento ritual del período Magdaleniense en España.

El equipo de trabajo en la cueva que dirigen desde 1996 Manuel González Morales, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, y Lawrence Strauss, de la Universidad de Nuevo México (EEUU), ha encontrado en la campaña de este verano un enterramiento secundario de un individuo joven, probablemente una mujer, bajo un bloque de piedra con grabados paleolíticos. Se trata de diversos huesos teñidos con ocre (una mandíbula, una tibia con mordeduras de animal, varias vértebras y costillas, falanges, parte del cráneo, etc), depositados contra una pared, cubiertos con un bloque de piedra y rodeados de pequeñas hogueras. González Morales adelantó ayer que, por las distintas manifestaciones culturales que rodean al cadáver, su equipo presupone que se trata de un enterramiento del Magdaleniense (periodo cultural comprendido entre hace 15.000 años y hace 8.000), pero matizó que aún están a la espera de completar la datación con Carbono 14.

Si esa prueba confirma sus sospechas, se trataría del primer enterramiento ritual de ese período del Paleolítico que se descubre en la Península Ibérica. Los restos aparecieron cuando el equipo de investigadores de esta cueva situada en Ramales de la Victoria hacía una excavación para confirmar la datación de unos grabados paleolíticos que se encuentran en esa zona, tanto en la pared, como en el bloque de roca que tapaba los huesos.

Este catedrático de la Universidad de Cantabria, que dirige el Instituto de Investigaciones Prehistóricas desde 2009, reconoce que "será difícil" probar que los grabados están relacionados con el ritual del enterramiento, algo que sí podría afirmarse, en cambio, de las pequeñas hogueras que lo rodean si las pruebas de Carbono 14 demuestran que corresponden a las mismas fechas.

El enterramiento no está completo porque la parte que no estaba protegida por el bloque de roca fue excavada en los "buscadores de tesoros" que durante los siglos XVIII y XIX registraron varias cuevas de la zona atraídos por leyendas de supuestas riquezas. En su última campaña, han contado además con el apoyo de donaciones de la novelista Jean M. Auel, la autora de la famosa saga de El clan del oso cavernario.