Palma. El tenista Carlos Moyá y la actriz Carolina Cerezuela presentaron orgullosos ayer a su hija Carla a la salida de la clínica Palmaplanas, donde nació la semana pasada la pequeña, de la que han asegurado que están "enamorados". Tal y como deseaban sus padres, la niña vino al mundo en la tierra natal del tenista, que está apartado de la competición desde la pasada primavera por una lesión en el pie derecho.

Los dos afirmaron que se sienten muy contentos por el nacimiento y que, de momento, han decidido centrarse en disfrutar de su paternidad y no pensar en boda. Según el tenista, su intención es ir "paso a paso". ""Una boda nos da pereza", aseguró hace algunos meses la intérprete de Camera Café, la tira cómica que emitía Telecinco y gracias a la cual obtuvo una enorme popularidad.

A la primogénita de la pareja la han llamado Carla, ya que es una mezcla de los nombres "Carlos" y "Carolina", explicó la recién estrenada madre, en cuyos brazos durmió la niña durante toda la sesión de fotos. Carolina pidió a los fotógrafos precaución con los flashes para que no molestaran al bebé, pero agradeció la presencia de los medios. Moyá acompañó con constantes gestos de cariño a su pareja y a la pequeña, a la que cogió en brazos para protegerla del sol, momentos antes de subir al coche y abandonar la clínica. Carla pesó 2.860 gramos al nacer y, aunque el parto fue por cesárea, tanto la madre como la hija se recuperaron a un ritmo rápido.