"Lástima que el caso del espionaje dentro del Partido Popular madrileño haya pillado sin ganas a los protagonistas. Garantizaba un culebrón lleno de intrigas. La sofisticación no rozaba ni de lejos la de una serie como The Wire, que toma nombre del noble arte de la escucha. Entre los cargos conservadores no había más que seguimientos a bolígrafo, desganados, deshilachados...".