Juventud y joven son palabras muy recurrentes, casi gastadas. Parte de ese deterioro es provocado por el mundo de la publicidad. Mundo que manipulan lo joven para estimular nuestros hábitos de consumo: "sé joven, consume". Y las políticas públicas también juegan con lo joven, instrumentalizando el concepto en la mayoría de las ocasiones. Desde la cultura institucional, por ejemplo, siempre se destinan ayudas para lo joven. Con la invariable idea de incentivar a los jóvenes creadores para que se inserten profesionalmente en el mundo del arte. No se actúa para que éstos integren esos ricos valores que el arte puede aportar hoy en día en sus vidas. Se entiende el arte como una profesión y no como un ingrediente fundamental que pueda enriquecer nuestro desarrollo personal. Porque así es: el arte nos puede aportar creatividad, pensamiento crítico, imaginación? En ese sentido todos deberíamos entender nuestra experiencia diaria como una propuesta artística. Y el museo sería un recinto de uso donde se recogen después esas experiencias. De esta forma la producción de arte sería un mecanismo que permite al ciudadano-artista romper con su día a día y reencontrarse consigo mismo. El arte, el museo serían espacios en los que podríamos reconsiderar nuestros propios valores y readaptar nuestras ideas.
Y hablo de todo esto porque me sirve de preámbulo para explicar una actividad que me parece que ejemplifica lo que acabo de contar. Se trata de DINAMIK(TT)AK. Es un campo de trabajo dirigido a estudiantes de último curso de bachillerato. Estudiantes que tienen entre 17 y 19 años y que van a comenzar estudios relacionados de un modo expandido con la creatividad (moda, bellas artes, arquitectura, filosofía, diseño, publicidad, cine, periodismo, pedagogía?). El objetivo de las colonias es conseguir que estos jóvenes entiendan la creatividad como una herramienta de actuación en lo real-social, más allá de una serie de técnicas de representación estética. El punto de partida con el que se plantea esta edición es vivir Artium como agente activo en la ciudad. El museo como parte activa y activadora de la vida en Vitoria-Gasteiz.
Diez participantes, tres monitores y una serie de artistas invitados conviviendo durante 12 días (del 5 al 16 de julio), 24 horas al día, haciendo vida en Artium. Incluso durmiendo en el propio museo. Intentando realizar una reflexión práctica y proactiva de cómo y para qué el museo se acerca a la ciudadanía. Para que los jóvenes experimenten el museo, los sientan y lo vivan dentro de unas claves muy diferentes a las que manejan hoy en día. El fin es que entiendan el museo más allá de esa idea de "contenedor de arte" al que acudir.
En definitiva: es ésta una buena iniciativa para los jóvenes. Y que surge de un museo.