washington. El ex Beatle Paul McCartney logró algo que no es fácil: poner en pie a la Casa Blanca, sacar a bailar a la familia Obama en pleno y crear una atmósfera romántica para el presidente y su esposa, a los acordes de Michelle.

McCartney fue el protagonista de un concierto homenaje plagado de estrellas -Stevie Wonder, Elvis Costello o Emmylou Harris, entre otros- en la residencia presidencial estadounidense, tras haber recibido el día anterior el premio de la Biblioteca del Congreso estadounidense.

El ex Beatle abrió el concierto tras entrar en la Sala Este de la Casa Blanca, agarrar una guitarra y saltar al escenario declarando "Bienvenidos a la Casa Blanca", antes de comenzar a interpretar Got to Get You Into My Life.

Ante un público de varios centenares de personas, bromeó que "no tocaba delante de tan poca gente desde los tiempos del Cavern Club", cuando los Beatles trataban de abrirse paso en el mundo de la música en Liverpool, Reino Unido.

Tras su intervención, McCartney se sentó junto al presidente estadounidense, Barack Obama, con el que se le vio departir amigablemente en varias ocasiones, al igual que con la primera dama, Michelle. Sus hijas, Malia y Sasha, tampoco se perdían una nota del concierto, aunque parecieron más entusiasmadas con los Jonas Brothers.

Stevie Wonder optó por We Can Work It Out, en dos ocasiones, pues la primera vez se interrumpió a mitad de la canción porque no le funcionaba la armónica.

Con el solo de piano Celebration, interpretado por Lang Lang, Obama y su esposa se tomaron de la mano.

El relevo le correspondió a Elvis Costello, quien al interpretar Penny Lane evocó cómo cuando "esta cosa tan bonita y maravillosa sonaba en la radio" sus padres y su gato "se ponían en pie para escuchar".

Una de las mayores ovaciones de la noche se produjo cuando Costello y la banda de música de la Infantería de Marina interpretaron Sgt Peppers. Dave Grohl se inclinó por Band on the Run, de la época en que McCartney tocaba con los Wings, tras lo cual Wonder y el ex Beatle interpretaron el dúo Ebony/Ivory.

En unas declaraciones antes de que comenzara la segunda parte del concierto, Obama afirmó que los Beatles "contribuyeron a componer la banda sonora de toda una generación".

Por su parte, McCartney expresó su gratitud por recibir el premio de la Biblioteca del Congreso. "Lograr el premio sería algo ya estupendo de por sí solo, pero recibirlo de este presidente...", afirmó el músico, entre los aplausos del público.

La leyenda del pop indicó que EEUU atraviesa "un montón de problemas difíciles" pero aseguró que "ustedes cuentan con miles de millones de nosotros que les brindamos nuestro apoyo y saldrán adelante".

Su interpretación de Hey Jude consiguió algo raramente visto en la Casa Blanca: toda la familia Obama en el escenario, aplaudiendo y meciéndose al son de la música.

Antes de concluir, anunció que iba a interpretar "una canción que me estaba muriendo por tocar en la Casa Blanca", si bien matizó que "espero que el presidente me perdone".

Y se lanzó a los acordes de Michelle, en homenaje a la primera dama, mientras el presidente coreaba la canción mirando a su esposa. McCartney bromeó que no querría "ser el primer tipo al que un presidente de EEUU le pega un puñetazo".