vitoria. En esto de programar, hay que ser previsor. Por eso los responsables de la red teatral gasteiztarra han comenzado a atar espectáculos para comenzar a aquilatar el cartel del próximo Festival Internacional, allá en el aún difuso paisaje otoñal.
Una que servirá de imán a la taquilla será la nueva entrega de Els Joglars, 2036 Omena-G, que con el habitual sarcasmo de la compañía, celebra el medio siglo de trabajo imaginando, 25 años más allá, la celebración de sus bodas de platino. Esta suerte de antihomenaje, al más puro estilo Boadella, servirá además para retratar esa futura sociedad del 2036. Promete.
Cuatro avances más comienzan a acercar el aroma del festival. Tecnología punta y marionetas tradicionales se darán la mano en Woyzeck on the highveld (Woyzeck en lo alto de la colina), fascinante adaptación de la famosa obra del escritor alemán Georg Büchner, que tratará los celos, el asesinato y la lucha del individuo de la mano del grupo Handpring Puppetts Company. Teatro vanguardista unido al contexto sudafricano donde arraiga la compañía. De la marioneta, al teatro negro. Bosquimanos Koryak, bautizados con los nombres de dos tribus -aparentemente- muy diferentes, apuestan por la emoción y las atmósferas, por lo estético y lo orgánico. El caso de El truco de Olej, pieza que acercarán a Vitoria, dibuja una conjunción de luz y sonido que se zambulle en el universo del circo. Dos de danza completan el avance. Por un lado, el retorno del vitoriano Damián Muñoz. Por otro, la pieza Nubes de Aracaladanza, que jugará con el universo visual de René Magritte. Más que jugosos aperitivos para el otoño.