madrid. Responsables de diferentes entidades culturales europeas coincidieron ayer en reclamar medidas legales que protejan los derechos de autor de los creadores frente a las descargas ilegales, aunque también advirtieron que el modelo a seguir en la era digital deberá ser diferente al de la analógica.

"El ecosistema del mundo del libro del siglo XX es insostenible en el siglo XXI", decía Javier Celaya, socio-fundador de la Revista Dosdoce.Com, al participar en el seminario La digitalización del material cultural. Bibliotecas Digitales y Derechos de Autor, que se celebra ayer y hoy en la Biblioteca Nacional. Aunque Celaya se refería con su frase al mundo editorial, ayer quedó patente en ese encuentro la necesidad de poner en marcha modelos nuevos que tengan en cuenta la revolución digital y que integren los contenidos generados por los usuarios en la red, y todo ello "sin esperar demasiado tiempo" a tener el marco legal idóneo.

"Hay que asumir que la tecnología y el progreso irán siempre por delante de nuestros modelos de negocios", afirmó Celaya. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, consideró "imprescindible" que los países europeos alcancen un acuerdo para hacer frente de forma conjunta a "la era digital". Pero, para coordinar con éxito esta transición, "no basta con iluminar el pasado sino que hay que aprovechar el presente y canalizar el futuro, y eso es algo que sólo puede hacerse con justicia", dijo la ministra, para quien "la semilla del futuro de nuestra cultura está en la mente de nuestros creadores". La labor de los creadores requiere mucho esfuerzo, y por eso hay que "preservar los derechos de autor". "Sólo tenemos un adversario: la injusticia", indicó la ministra.

Que la era digital plantea problemas a los que hay que hacer frente cuanto antes quedó claro en la intervención de Eduardo Bautista, presidente del Consejo de Dirección de la SGAE, quien anunció que las cifras de descargas ilegales en España durante 2009, se conocerán pronto, "serán peores" que las de 2008. Como dijo Marielle Gallo, miembro del Parlamento Europeo, la tecnología digital ha supuesto "una auténtica revolución cultural" a la que hay que hacer frente, y el sector editorial va "con retraso". Peter Brantley, director de Open Book Alliance, destacó el "impacto dramático" que ha tenido en EEUU en sólo cinco días, del 3 al 8 de abril, el iPad de Apple, al vender 450.000 unidades y haberse descargado más del 600.000 libros electrónicos. Jesús Badenes, director general de la División Editorial de Librerías del Grupo Planeta, hizo hincapié en que el sector editorial camina hacia una nueva economía del libro a una "velocidad muy lenta". Abogó por regular la descarga de contenidos de Internet con el fin de "no cargarnos la gallina de los huevos de oro", y se mostró convencido de que, con el marco adecuado, la industrial editorial "seguirá haciendo las cosas bien" y sabrá adaptarse a los nuevos tiempos.

A la hora de legislar contra las descargas ilegales, "el gran dilema en Europa está en saber si se va a actuar contra los usuarios o no y si se van a limitar sus derechos", indicó Aldo Olcese, presidente de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos. Olcese consideró adecuado el modelo legal que quiere implantar España de "perseguir a los grandes productores de piratería, no a los usuarios".