Hace más o menos un año nació Esme Squalor, grupo anglo-germano-gasteiztarra, como ellos mismos dicen, compuesto por Adam Ireland (voz y guitarra), Cameron Webster (guitarra y ukelele), Sammy Metcalfe (bajo), Natalia Neumann (violín), Joserra Sánchez (batería) y Melanie Foy (voz). Entre todos conforman una pequeña locura musical que espera sacar su primer disco en 2010 pero que se ha decidido también a celebrar las navidades con los mejores sonidos.

De hecho, para Nochevieja han organizado una gran jam session festiva en el Man in the Moon a la que quieren invitar a todos los músicos profesionales o aficionados. Claro que ya quieren ir caldeando el ambiente así que hoy, a partir de las 19.30 horas en la plaza del Arca, celebrarán un concierto, cuando menos, singular.

Y es que tres de sus componentes se pondrán esta tarde frente al público con instrumentos nada convencionales como una bañera, varias macetas y una mesa. Con la intención de sorprender a propios y extraños, los músicos interpretarán con estas herramientas versiones de canciones bien conocidas de Paul Simon o Prince, entre otros.

Sin duda, será una pequeña locura con la que demostrar que con casi cualquier cosa no sólo se puede hacer música, también incluso se puede sonar bien, una filosofía que es marca de la casa para este grupo con distintas nacionalidades pero una misma sede, Vitoria.

Esta fiesta en la calle tendrá su punto y seguido el próximo día 31 en el local de la calle Manuel Iradier a partir de las 23.30 horas. Allí, el combo espera a todo aquel que quiera tocar con ellos dejando el miedo al ridículo aparcado.

El grupo pondrá los instrumentos. Los que acepten su invitación, sus propios sonidos. Y a partir de ahí, pasará lo que la noche quiera, con la posibilidad, además, de obtener diferentes premios y descuentos en las consumiciones.

Durante el último año, la formación ya ha ofrecido distintos conciertos en la capital alavesa, un camino que tras estas dos actuaciones especiales de la época navideña, seguirá su propia senda en 2010 a la espera de poder editar su primera referencia discográfica. Aunque gracias a las nuevas tecnologías, el público que esté impaciente puede hacerse una idea de sus sonidos en Internet.