Sin dramatismos y sin lanzar las campanas al vuelo. La industria vasca del disco y el libro resiste al debacle económico con la ayuda de Olentzero y de un público fiel que sorprendió en los días menos esperados. "El viernes y el sábado creíamos que iba a venir muchísima gente pero fueron días muy flojos. Por suerte, el domingo y el lunes, incluso en las horas más bajas, la feria se llenó de visitantes", explica Jon Irazabal, director de la feria.

Aunque la organización no ofrece datos concretos sobre el número de asistentes -"resultaría muy complicado, la feria es muy popular y la gente entra y sale constantemente"- existe una realidad de incertidumbre económica que ha afectado a la feria y que nadie oculta. "Esto no es un oasis", resume Idoia Arocena, de la editorial Ttartalo.

Aunque los datos varían según el producto y la suerte de cada expositor, en general se ha acusado un descenso leve en la compra de discos y libros con respecto al año pasado. "Para algunos la caída ha sido del 8%. Para otros, del 26%", afirma Irazabal. "El tipo de producto que se presenta tiene mucha importancia. Algunos músicos o escritores pueden salvar a muchos la papeleta".

Un rastreo por editoriales y casas discográficas confirma su percepción. "Ha habido una bajada en ventas. La gente pregunta por los precios, se retrae más, pero algunos títulos han sido muy solicitados", cuenta Inazio Mujica desde Alberdania.

Como Eskarmentuaren paperak, de Anjel Lertxundi, o la novela gráfica Ihes Ederra, de Hedoi Etxarte y Alain M. Urrutia.

Lo mismo ha ocurrido en otras editoriales tales como Ttartalo, donde El silencio de las hayas, de Mikel Alvira, Puertas coloradas, de Pablo Muñoz y Jueves Verbena, de Mikel Zuloaga, han atemperado la bajada en la cuenta de resultados durante un ejercicio en el que, según ha podido observar Anjel Valdés, responsable de los ocho stands de música pertenecientes a Elkar, "la gente ha sacado de sus carteras billetes mucho más pequeños".

Sin embargo, para Jon Irazabal hablar del impacto económico y cultural de la Azoka supone ir mucho más allá: "Ha habido unas 500 personas atendiendo en los 300 stands de la feria. Eso, sumado a los más de 112 periodistas acreditados y las labores de montaje, desmontaje y hostelería supone una generación importante de riqueza".

Además, a lo largo de estos cinco días, se han celebrado casi un centenar de actividades, entre presentaciones, varias conferencias, mesas redondas y conciertos. La industria discográfica, aquejada durante prácticamente una década por la piratería, valora con un optimismo cargado de matices esta 44º edición de la Azoka, en la que se presentaron 69 discos nuevos y en la que arrasó, confirmando los pronósticos, Urte Zuzenean de Ken Zazpi.

beñat serna

"Hemos tenido que traer 18 cajas más de discos para vender"

"Nuestro negocio ha ido a la baja durante los últimos años -admite Marino Goñi, presidente de la asociación de discográficas de Euskal Herria-, pero los que aseguraban que íbamos a desaparecer se han equivocado".

Beñat Serna, guitarrista del grupo vasco Ken Zazpi, todavía ayer, día de cierre de la Azoka, firmaba discos sin descanso: "Estamos vendiendo mucho, estamos muy contentos. Por la mañana la gente ha comprado una media de 150 discos y por la tarde de 200 a 250. Hemos tenido que traer 18 cajas más".

Una excepción en la feria, aunque desde sellos más modestos, como el de Atxeh Records, también hacían un buen balance: "Estaba claro que iban a bajar las ventas porque la gente tiene miedo y está ahorrando más que nunca. Sin embargo, estamos aguantando bien", asegura Andoni Fernández. "Lo que más nos han solicitado han sido el último disco de Sociedad Alcohólica". Un punto en el que coinciden todos: la demanda se centra esencialmente en las novedades.

En ese sentido, Jon Irazabal subrayaba la importancia que ha tenido Ahotsenea, una iniciativa impulsada por Gotzon Barandiaran, Edorta Jiménez y un grupo de creadores que, en colaboración con Gerediaga elkartea, ha facilitado a creadores euskaldunes un espacio para presentar sus obras en la Azoka.

"Al principio, como en todo proyecto nuevo, teníamos nuestra incertidumbre, pero ha sido un pleno de 14 en la quiniela y durante los próximos años queremos seguir apoyándolo".

Como el de Azoka Telebista, que ha ofrecido desde una pantalla gigante situada en el centro del recinto vídeos, reportajes y entrevistas durante los cinco días que ha durado la feria, y en la que ha participado Haimaka Telebista, entre otros.

"El proyecto se ha realizado gracias a la ayuda del Departamento de Euskara y Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, y ya nos han prometido que tendrá continuidad en futuras ediciones", dice el director de la Azoka. No es el único proyecto que dejará huella.

unidos

"El encuentro con la cultura catalana no será una anécdota"

La cultura catalana ha estado muy presente en la Azoka de Durango a través del Institut Ramon Llull, una entidad pública integrada por los gobiernos de Catalunya y las Islas Baleares y que ha acercado a la feria a figuras tan interesantes como es el escritor Andreu Carranza.

"El encuentro con la cultura catalana no será una anécdota", afirma Irazabal. "Han sabido aprovechar la feria para mantener contacto con editores y programadores culturales porque su objetivo es dar a conocer sus eventos culturales fuera de Catalunya así que estos días van a dar sus frutos también en un futuro".

De momento, la asociación Espai Catalunya Topalekua de Donostia, que se dedica a divulgar la cultura de su tierra, ya ha anunciado que premiará la labor de Gerediaga en un acto que se celebrará el día de San Jordi.

Otra de las consecuencias de la Azoka, mucho menos cuantificable, es la impronta que ha dejado en los cientos de jóvenes que se han acercado estos días en excursiones organizadas por ikastolas o padres. La oferta infantil se ha visto notablemente incrementada en esta edición. La asociación Berbaro ha llevado a cabo un programa de actividades como talleres prácticos, cuentacuentos o presentaciones de libros. Un impulso para que la cultura no sea sólo cuestión de adultos. Por ésta y otras razones la Azoka de Durango no puede medirse sólo por el baremo económico, aunque su análisis resulte fundamental para todos los agentes implicados, que ayer lo veían todo en gama de grises.

No están ni contentos, ni descontentos del todo. Según ellos mismos aseguran, la Azoka de Durango resiste.