Puede parecer complicado hacer camino sin tener a mano los medios planeados. Pero Krea ha aplicado aquello de hacer de la necesidad virtud. Ayer se cumplieron tres años de su puesta en marcha oficial, de la presentación ante la sociedad de un proyecto arquitectónico y cultural con la mirada puesta, sobre todo, en los jóvenes creadores que todavía va a tener que esperar más o menos un año para abrir las puertas de su sede en Betoño, aunque ello no ha sido impedimento para poner la máquina en funcionamiento. El reto no está siendo sencillo pero la apuesta requiere no dormirse en los laureles.

"Es un proyecto arriesgado pero también necesario y que, creo, tiene el éxito asegurado. Es una idea que no nace para competir, sino para sumar". Con estas palabras, Gregorio Rojo ponía de largo el 30 de noviembre de 2006 el centro cultural impulsado por Caja Vital, entidad que él preside. Desde entonces, con Araceli de la Horra como directora, se ha sucedido un trabajo interno pero también de cara a la sociedad que no ha cejado.

En el primero punto, el equipo humano del espacio ha ido creciendo poco a poco aunque todavía le queden unos cuantos nombres por sumar. Y, de momento, Krea suena a mujer. Ellas han hecho de la oficina provisional ubicada en la plaza de los Fueros una especie de punta de lanza desde donde poder ir trabajando. Aunque más allá de las paredes de este local, Internet está jugando un papel fundamental tanto en su labor como en su comunicación con los artistas, el público, agentes culturales... a través de www.kreared.com.

El centro ha ido tejiendo en estos tres años sus redes con asociaciones, colectivos, instituciones, muestras y personas que se han traducido en acuerdos con Sinkro y Periscopio, por poner sólo un par de ejemplos. Ha heredado también la gestión de citas de largo recorrido como Zinemastea o los certámenes de cómic (donde ha puesto en marcha diferentes iniciativas como las guías didácticas realizadas por profesionales para hacer historietas) y poesía). Y ha impulsado sus propias propuestas como el maratón de actuaciones Luna Krea o el punto de encuentro sobre música contemporánea Silencio Krea.

Aunque, más allá de estos y otros pasos, la actividad fundamental está siendo sus programas de becas a creadores, que cada año ha contado con mayor número de propuestas y también de presupuesto. Una iniciativa que cobrará todo su sentido con la nueva sede y la posibilidad de otorgar las ayudas de residencia.

Todo ello mientras el espacio ha ido presentándose en diferentes foros estatales y estableciendo relaciones con agentes culturales también del extranjero. Y es que, aunque parezca mentira, sí se pueden hacer cosas cuando se quiere.