Almudena Cid regresa a los escenarios y a las redes sociales. El miércoles 26 de enero la actriz y exgimnasta vitoriana se sube de nuevo a las tablas del Teatro Infanta Isabel de Madrid para representar Una historia de amor, la obra del dramaturgo francés Alexis Michalik.
Un trabajo profesional que ha llegado a su vida justo cuando se ha producido una de las noticias más tristes que no imaginaba nunca interpretar, la ruptura con su marido, el presentador Christian Gálvez.
El pasado mes de diciembre se supo que la gimnasta vitoriana y el presentador madrileño han puesto fin a 14 años de relación y 11 de matrimonio, y ambos han decidido seguir sus vidas por separado.Almudena Cid
Un día antes de su regreso al teatro, Almudena Cid ha utilizado su cuenta de Instagram para explicar a sus seguidores cómo se siente. Una reflexión compartida en sus perfiles sociales, donde no se ha prodigado mucho en los últimos tiempos.
Una reflexión valiente que demuestra que también es importante para ella abrirse de corazón: "Detrás de esta sonrisa se encontraba una Almu rota. Pero la historia debía ser contada", reconoce la actriz alavesa demostrando "que el final lo elige o lo puede cambiar uno mismo".
"Vuelvo. Hace dos meses que me encontraba ante 6.000 espectadores amantes de la rítmica para ofrecerles un año más un cuento. Una historia. Esta vez muy real. Tan real que la viví en mi propio ser durante los ocho minutos que les dediqué".
"Durante años he visto cómo mis pensamientos y reflexiones al final de la gala del EuskalGym, les inspiraba para explorar de un modo diferente lo que les ocurría dentro de la rítmica. Confieso que lo hacía desde un lugar cómodo, desde la distancia y el desapego. Quizá por la experiencia o por pura elaboración", arranca el texto Almudena Cid.
"Pero en esta última gala hablaba de mi propio monstruo. De mi propia realidad. Jamás pensé que el proceso que les ofrecí aquella noche para enfrentarse a sus miedos, fuera a ser el proceso que yo atravesaba en ese mismo instante. Ahora me resulta hasta mágico", añade la exgimnasta alavesa.
Y es que aquella noche de noviembre, frente a un pabellón abarrotado, Almudena Cid reconoce una realidad: "No disfruté. Detrás de esta sonrisa se encontraba una Almu rota. Pero la historia debía ser contada. Por ellos, pero sobre todo por mí. Una historia que me repito en forma de mantra pero sin final. Porque si algo estoy aprendiendo es que el final lo elige o lo puede cambiar uno mismo"."Algo en mí se rompió aquella noche para ser reconstruido y tener la oportunidad de bañar en oro lo que serán en un futuro unas bellas cicatrices
. Así que en esas estoy. Pasando de la punta al talón, y del talón al relevé, pero avanzando. Tiempo. Paciencia. Vuelvo", concluye Almudena Cid.