Una consecuencia más de la pandemia del coronavirus. El verano del 2020 también será recordado por la ausencia de canción. De tema 'top' veraniego. Algunos dicen que pelea, y mucho, el 'Si tú la quieres' de Bisbal y Aitana; otros que en julio ha sonado cantidad 'Se iluminaba', de Ana Mena, e incluso María Isabel y Juan Magán se han postulado como indignos sucesores de Georgie Dann. Pero la verdad, como siempre, es solo una: ni bailes, ni roces, ni tontos 'perreos'.
No cabe duda, y por ello tuvo que ir andado. Como la esperada canción del verano. Esa que este raro agosto no obtendrá ni trono, ni reino. Porque además de desatar una pandemia global, con su consiguiente alerta sanitaria, el coronavirus nos ha infectado este 2020 con altas dosis de aburrimiento y tristeza. De insulsa nueva normalidad que no permite ni bailes, ni roces, ni tontos perreos. Precisamente, los termómetros que mejor miden cada julio a ese tema sandunguero que el folclore popular elevará a temazo estival cuando llegue septiembre. Como bien hizo en 2010 con el Waka-waka, en 1992 con el Tractor amarillo, o en 2002 con el mundialmente conocido Asejeré. Sin olvidar, por supuesto, la Danza kuduro de Don Omar (2009).
Y eso que este año propuestas las ha habido, pero a medio gas. Sin querer queriendo. Buen ejemplo de ello es la chufa de sonata que presentaron a finales de mayo Bisbal y Aitana, con Si tú la quieres. O el buen roneo gestado por Ana Mena, que lleva por nombre Se iluminaba. La mejor opción del momento. Hasta a María Isabel (Antes muerta que sencilla) y a Juan Magán se les ha encendido la bombilla del éxito. Como postulándose ambos como indignos sucesores de un inmortal Georgie Dann. Su apuesta es clara: Esa carita, un despropósito de versión TikTok de un tema indonesio publicado en 1998 (Bagaikan Langit). Con bien de hashtags y #emojifacechallenge, eso sí. Pero como una cosa es cantar y otra bien distinta hacer la mamarracha en redes sociales, el puesto sigue vacante.
Y al parecer se mantendrá así hasta 2021, cuando la nueva normalidad solo se quede en normalidad, se haya aprobado la vacuna contra el bicho (crucemos los dedos), retornen los Sanfermines, y los jóvenes y maduros regresemos a las discotecas de Euskadi o Benidorm para mover el ponchis-ponchis. Ese regustico de verbena que tanto echamos de menos.