Si no estás esperando demasiado para tener hijos. Si te has pensado de verdad no querer tenerlos. Si estás segura de que no puedes tenerlos. Si no has pensado en relajarte un poco o cambiar de dieta para solucionar tus problemas de fertilidad. Si estás segura de querer someterte a un tratamiento de fertilidad. Si vas a hacer ese tratamiento en la sanidad pública o la privada. Si parirás en casa o en el hospital. Si vas a aceptar que te pongan la epidural. Si te vas a negar a que te pongan oxitocina. Si le darás el pecho o el biberón. Si vas a pedir asesoramiento para poder continuar con la teta o lo vas a dejar enseguida. Si usarás pañales desechables o lavables. Si optarás por la lactancia prolongada o empezarás con los purés al medio año. Si hareis BLW o le daréis de comer a cucharadas. Si dormiréis con ella o la llevaréis a otra habitación. Si la dejaréis llorar hasta que se duerma. Si les pondrás ropa orgánica o se la comprarás en una gran superficie. Si les dejarás ver pantallas. Si no habéis pensado en quitar la tele que tenéis en casa. Si les hablas en dos o más idiomas o solo en uno. Si les llevas a la escuela pública o a la privada. Si estáis tan seguros de querer hacer homeschooling. Si no debería haber aprendido ya a leer y escribir. Si les das azúcar, lactosa, gluten. Si les das chuches, si comen comida ecológica. Si les has apuntado a extraescolares. Si les pones palabras a sus sentimientos para que aprendan qué sienten, cómo y cuándo. Si has decidido quedarte en casa para ocuparte de ellas. Si el que lo ha decidido ha sido tu pareja. Hagas lo que hagas, siempre habrá gente que te dirá que lo que haces está mal hecho o intentará decirte cómo debes hacerlo. Siempre habrá personas que intentarán dejarte en evidencia, porque creen saber más que tú. Estate preparada, mantente firme. Y acuérdate, si es que alguna vez tienes la tentación de hacer lo mismo.